Entorno de May muestra pesimismosobre votación
Ni siquiera un último intento de la UE para despejar la incógnita del backstop transfiere confianza en el Parlamento, que hoy vota el acuerdo
Londres. EN UN último esfuerzo por salvar su acuerdo del Brexit, la primera ministra británica Theresa May anunció que la Unión Europea (UE) quiere evitar la aplicación de su punto más conflictivo, aunque esto no parece que vaya a librarla de una estrepitosa derrota el día de mañana.
Su gobierno publicó ayer una carta de los responsables europeos destinada a calmar las inquietudes de los diputados sobre el aspecto más conflictivo: el denominado backstop, un mecanismo ideado para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda.
El bloque “no desea que el backstop entre en vigor”, afirmaron el presidente de la UE, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jeanclaude Juncker.
“Estas conclusiones tienen fuerza legal”, aseguró May por la tarde ante los diputados británicos, que hoy deben votar el documento de 585 páginas, fruto de 17 meses de difíciles negociaciones, que detalla las condiciones de la salida del Reino Unido de la UE, prevista para el próximo 29 de marzo.
NADIE CONTENTO
Es una de las legislaciones más importantes presentadas al país en el último medio siglo y todo parece indicar que será estrepitosamente rechazada. El texto desagrada tanto a los euroescépticos, para quienes hace demasiadas concesiones a la UE, como a los proeuropeos, que quieren frenar el proceso y permanecer en el bloque.
Parece que las nuevas garantías de Bruselas tendrán un impacto muy limitado.
El pequeño partido norirlandés DUP, aliado clave de cuyos 10 diputados depende la corta mayoría parlamentaria de May, advirtió de que esas garantías no bastarían para vencer el rechazo al acuerdo.
“No se equivoquen, esta carta no cambia nada. Las cálidas palabras de la UE, que sin duda utilizará la primera ministra para intentar que los diputados apoyen su acuerdo del Brexit, no contribuyen en nada a resolver el problema de la frontera irlandesa”, sostuvo por su parte Tom Brake, vocero del centrista Partido Liberal Demócrata.
La carta “sé que no va tan lejos como algunos diputados querrían”, había reconocido May por la mañana ante los trabajadores de una fábrica en Stoke-on-trent, una ciudad del centro de Inglaterra que votó mayoritariamente a favor del Brexit en el referéndum de junio del 2016.
No se equivoquen, esta carta (de Tusk y Juncker) no contribuye en nada a resolver el problema de la frontera irlandesa”.
Tom Brake, vocero del Partido Liberal Demócrata.