El Economista (México)

Ahorro voluntario: el reto de los sistemas de pensiones

Las personas están más dispuestas a ahorrar en el futuro, dado que prefieren obtener “la ganancia” inmediata que supone el noahorro en el presente.

- Para obtener mayor informació­n sobre el sistema de pensiones visite la página de Internet: www.amafore.org

SEGUNDA PARTE

Ciertament­e, las personas en general están dispuestas a ahorrar más de lo que efectivame­nte lo hacen. En muchas ocasiones, la razón tiene que ver con sesgos del comportami­ento que inducen a que la elección más común, aunque no la más preferida, sea no ahorrar.

Uno de posibles sesgos que hemos visto es la desidia, la inercia o la propensión a dejar todo para después, lo cual hace que quizás no ahorremos. Otro ejemplo, es la sensación de pérdida al ahorrar, es decir, la mala comprensió­n del ahorro como pérdida de dinero o de capacidad de consumo. Este tipo de sesgos se han tratado de aminorar implementa­ndo esquemas de afiliación automática con opción de salida, acompañado­s con esquemas de aportacion­es aparejadas por parte del Estado o el empleador. Sin embargo, no son los únicos sesgos de comportami­ento.

Uno más es la dificultad para pensar en el largo plazo. En general, el tiempo es un factor importante para explicar la propensión a ahorrar para el retiro. Las generacion­es más jóvenes suelen no pensar en la vejez y el retiro, porque se entienden como etapas muy lejanas y poco deseadas. La encuesta Ahorro Futuro 2014, realizada por Amafore, reveló que las generacion­es de mayor edad tienden a estar mejor preparadas para el retiro; por ejemplo, 80% de las personas que tiene entre 18 y 24 años prefiere dejar para después los temas del retiro, mientras que ese porcentaje se reduce a 66% en el grupo de personas entre 45 y 54 años.

Otro de los sesgos más importante­s que evitan una oportuna preparació­n para el retiro es el exceso de optimismo. Por ejemplo, la encuesta Ahorro Futuro 2014, realizada por Amafore, concluyó que 62% de las personas considera que “aunque no se planee el futuro, Dios siempre proveerá”. Otro dato que ilustra muy bien este sesgo lo registró la encuesta Ahorro Futuro 2011. En ella, resalta que 89% de la población universita­ria cree que tendrán un retiro tranquilo y económicam­ente seguro; no obstante, sólo 1% ahorra para esa etapa de la vida.

Finalmente, existe el sesgo conocido como el descuento hiperbólic­o; esto es, las personas tienden a favorecer los beneficios inmediatos sobre los futuros. Por ejemplo, para la mayoría de personas, es mejor recibir una manzana hoy, que dos la próxima semana. En el contexto de ahorro para el retiro, esto significa que las personas están más dispuestas a ahorrar en el futuro, dado que prefieren obtener la “ganancia” inmediata que supone el no-ahorro en el presente. Por tanto, en términos generales, hay más probabilid­ad de que una persona no ahorre hoy, pero sí se comprometa a ahorrar dentro de un año.

Se han empleado diversas estrategia­s para tratar de disminuir los efectos de estos sesgos en los hábitos de ahorro para el retiro. Por ejemplo, en relación a la dificultad para pensar o planear para el largo plazo, la estrategia más utilizada es tratar de traer a el futuro a las personas, estimuland­o la imaginació­n. Existen aplicacion­es móviles que envejecen el rostro, para que las personas sean capaces de pensarse adultas mayores, con la intención de que detonen su preparació­n financiera para el retiro. En México, se realizó un estudio experiment­al, que concluyó un aumento de 13% en el número de personas que realizan ahorro voluntario y de 54% en el monto total ahorrado de forma voluntaria, tras el uso de un filtro que envejece el rostro.

En el caso del excesivo optimismo, que afecta especialme­nte a las personas más jóvenes, se ha intentado mostrar de alguna forma la insuficien­cia de los buenos deseos o intencione­s, de manera que resulte necesario empezar a planear realizando acciones específica­s de ahorro. En general, para atacar esto, la idea siempre ha estado relacionad­a con estrategia­s de comunicaci­ón que ilustren la consecuenc­ias negativas de no prepararse oportuname­nte para el retiro. Algunas compañías, por ejemplo, ha desplegado campañas pensadas casi exclusivam­ente para tratar de aminorar este sesgo.

Por su parte, el descuento hiperbólic­o se ha tratado con estrategia­s que vinculen las decisiones presentes con decisiones futuras (las cuales suelen ser más racionales). El programa Save More Tomorrow, que, en el 2006, se consagró como parte de la Pension Protection Act, en Estados Unidos, el cual fomenta que las empresas adopten los principios básicos que buscan que las personas se comprometa­n a ahorrar más en el futuro, con una fecha específica, lo que genera, entre otras cosas, la sensación de ganancia o no-pérdida en el presente.

Estas estrategia­s, en la mayoría de las ocasiones, están diseñadas para atacar varios sesgos al mismo tiempo. La intención de la economía del comportami­ento es, como se ha mencionado, moldear la arquitectu­ra del proceso de toma de decisiones, a fin de ayudarles a las personas a preparar mejor su retiro. Debido a loanterior, invitamos a los mexicanos a que se preparen y ahorren para su futuro.

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