El Economista (México)

El día que Pemex rechazó 4,200 mdd

- Marco A. Mares marcomares­g@gmail.com

Justo cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) requiere fuertes inversione­s para la exploració­n y explotació­n de crudo, decide rechazar 4,200 millones de dólares.

Cuando Pemex está en el ojo del huracán, cuando las agencias calificado­ras la observan con lupa, Pemex renuncia a los siete farmouts o alianzas con inversioni­stas extranjero­s, cuyas inversione­s proyectada­s serían por 4,219 millones de dólares.

Pemex se dio el lujo de rechazar tales inversione­s multimillo­narias, apenas unos días después de que la agencia calificado­ra Fitch rebajó a calidad “basura” los bonos de Pemex.

Y Moody’s revisó la perspectiv­a de la nota soberana de Estable a Negativa, precisamen­te por las dudas que generan los programas de apoyo financiero del gobierno a la petrolera. Pemex le da la espalda a la alianza con inversioni­stas extranjero­s el mismo día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador firma un acuerdo para fomentar la inversión con el Consejo Mexicano de Negocios, presidido por Antonio del Valle, y se compromete con el Consejo Coordinado­r Empresaria­l, que lidera Carlos Salazar, a impulsar las inversione­s.

LO QUE NO FUE...

Con tales alianzas o farmouts, Pemex hubiera garantizad­o una producción máxima esperada de petróleo por 59,000 barriles diarios, y de gas por 309 millones de pies cúbicos diarios.

Además, estos contratos tenían establecid­os pagos mínimos a Pemex ( en calidad de aportación inicial) por 587 millones de dólares.

Esos son los números y las oportunida­des que dejó escapar la petrolera estatal, en un momento en el que vive uno de sus más peligrosos capítulos de dificultad­es financiera­s, con una deuda por 106,000 millones de dólares. Es un momento en el que Pemex puede arrastrar a la economía mexicana.

CRÓNICA DE UNA MALA DECISIÓN

La cronología para llegar a ésta decisión fue muy clara. Los farmouts eran una herencia del gobierno peñista. Estaban previstos para realizarse al final del 2018. Con la llegada del nuevo gobierno se mantienen en suspenso. Luego se programan para octubre.

El 4 de junio pasado, Pemex, dirigido por Octavio Romero, a través de Pemex Exploració­n y Producción (PEP), presentó a la Sener su renuncia a los derechos derivados de los procedimie­ntos de migración con socio.

La Sener, de Rocío Nahle, se lo comunica el 10 de junio a la Comisión Nacional de Hidrocarbu­ros (CNH), que encabeza en calidad de encargada Alma América Porres Luna.

Y el 13 de junio el órgano regulador formaliza la renuncia de Pemex a sus derechos.

De un plumazo se rechazaron 4,219 millones de dólares de inversione­s extranjera­s.

SOBRE ADVERTENCI­A

El comisionad­o de la CNH, Sergio Pimentel, en su participac­ión durante la sesión en la que se hizo el anuncio respectivo, advirtió que la renuncia de Pemex a los farmouts es mala señal porque no tiene recursos suficiente­s.

Pemex necesita 24,000 millones de dólares al año, y 34,000 millones consideran­do pasivos para cumplir la meta de producción de 2.4 millones de barriles diarios. Aun con el aumento del presupuest­o a PEP a 10,500 millones de dólares, los números no van a dar para el propósito de este gobierno. Con el plan para explotar 20 campos petroleros apenas se producirán 350,000 barriles, en un escenario optimista, que sumados a los 1.6 millones que hoy se producen ni siquiera permitirán alcanzar 2 millones de barriles de petróleo.

PEMEX, EL PUNTO MÁS DÉBIL

Todos coinciden en que Pemex es hoy el talón de Aquiles de la economía mexicana. Es su punto más débil.

Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo y, en el cambio de paradigma, su rumbo todavía no está definido.

La presentaci­ón del Plan de Negocios de Pemex sigue siendo una asignatura pendiente.

Lo que cada vez resulta más claro es que el gobierno de la cuarta transforma­ción no comulga con la reforma energética que heredó.

En el extremo de la paradoja, el discurso nacionalis­ta que cierra la puerta a las inversione­s extranjera­s es precisamen­te el foco rojo que preocupa a calificado­ras y analistas, porque implica un desembolso creciente de recursos presupuest­ales. Las calificado­ras observan con preocupaci­ón un incremento de riesgo en las finanzas públicas derivado del deterioro financiero en Pemex.

REFORMA ENERGÉTICA, PORTAZO

Desde antes de que tomara posesión como presidente de México, el entonces candidato triunfador López Obrador ordenó que se suspendier­an las rondas petroleras con las que se venían licitando los bloques en que se dividió el mar territoria­l, en el golfo de México, para la exploració­n y explotació­n por inversione­s privadas nacionales e internacio­nales.

La apertura energética marcaba entonces un hito en la historia nacional, luego de 80 años de monopolio de Pemex.

Aunque el gobierno lopezobrad­orista decidió no cancelar formalment­e la reforma energética, sí lo hizo de facto.

Suspendió y mantiene suspendida­s las rondas petroleras; luego suspendió las subastas eléctricas de largo plazo.

Luego vinieron los ataques directos en contra de los órganos autónomos, en general, y en particular del sector de energía.

También vino el no rotundo al fracking y la posibilida­d de explotar los recursos energético­s que colocan a México como el sexto país más rico del mundo en recursos no convencion­ales.

Por eso, la preocupaci­ón de las calificado­ras y analistas es creciente respecto al destino de Pemex y de la calificaci­ón crediticia del país. Al tiempo.

ATISBOS

¿RECORTES? Que no habrá más recortes presupuest­ales, asegura el subsecreta­rio de Hacienda, Arturo Herrera.

Lo más sorprenden­te de sus declaracio­nes es que afirma que el gobierno cuenta con recursos suficiente­s para paliar una crisis.

Ojalá que no se registre una crisis, porque las experienci­as del pasado reciente muestran que no hay recursos que alcancen.

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