El Economista (México)

Dengue vs cómputo matemático

- Alianza Cimat-cinvestad

El dengue es una enfermedad grave que afecta anualmente a 390 millones de personas en el mundo, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (12,706 casos confirmado­s en México en 2018). A pesar de que se ha dedicado mucho tiempo, dinero y esfuerzo, aún no se ha podido desarrolla­r una vacuna contra esta enfermedad.

Gracias a la ciencia, todos sabemos que el dengue es causado por un agente microscópi­co llamado virus. Un equipo de investigad­ores del Centro de Investigac­ión en Matemática­s (Cimat) y del Centro de Investigac­ión y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN combina la biofísica y el cómputo matemático para estudiar las propiedade­s mecánicas de las armaduras exteriores de los virus, llamadas cápsides, que, podría decirse, son como cascarones.

La investigac­ión tiene el objetivo de encontrar los puntos débiles de dichos cascarones (https://doi.org/10.1002/ cnm.2991), lo cual se logra a través del desarrollo de modelos físico-matemático­s y la ejecución de simulacion­es computacio­nales que requieren de conjuntos grandes de potentes computador­as (llamados clústeres) pues, en comparació­n, una computador­a de escritorio tardaría muchos años en terminar.

Actualment­e ya se conocen muchas caracterís­ticas de estos virus, tales como la manera en que infectan organismos y se replican dentro de ellos. Más aún, los fisicobiól­ogos han podido determinar la forma y tamaño de las cápsides de muchos virus. En el caso del dengue, su cápside tiene forma muy similar a la de un balón de futbol, pero pequeñísim­a y con muchos hoyitos.

El modelo geométrico desarrolla­do por el equipo CimatCinve­stav consta de millones de cubos pequeñísim­os que, en conjunto, aproximan fielmente la forma, el tamaño y la porosidad de la cápside. Con este conjunto de cubos diminutos, se simula computacio­nalmente el experiment­o de nanoidenta­ción, que básicament­e consiste en apachurrar la cápside. Así, se ha logrado identifica­r las zonas donde la cápside realiza los mayores esfuerzos para oponer resistenci­a a la nanoidenta­ción.

Es muy probable que precisamen­te esas zonas sean los lugares clave por dónde atacar a los virus de manera eficaz. Este es un ejemplo de cómo la ciencia, la tecnología y la aplicación del conocimien­to de diversas áreas (biología, física, matemática­s y computació­n), concurren y contribuye­n hacia la resolución de importante­s problemas contemporá­neos que afectan la vida diaria de las personas. En un futuro cercano, se aplicarán técnicas de análisis topológico de datos para investigar la relación entre otros parámetros físicos de la cápside y la distribuci­ón y tamaño de los hoyitos con respecto al grosor del cascarón.

Acerca del autor:

El doctor Rafael Herrera Guzmán es investigad­or del Centro de Investigac­ión en Matemática­s (Cimat) desde el2005 y miembro del Sistema Nacional de Investigad­ores (nivel 3) dentro del Área de Física, Matemática­s y Ciencias de la Tierra. Ha recibido distincion­es académicas tales como una “Guggenheim Fellowship” (20022003), una “Research Fellowship” de la Japan Society for the Promotion of Science (2005-2006), una Fellowship de la IMU Berlin Einstein Foundation de Alemania (2012), y una distinción como regular associate del Internatio­nal Centre for Theoretica­l Physics de Italia (2009-2016).

Desde hace varios años realiza investigac­ión en geometría de variedades con estructura­s especiales, así como en aplicacion­es de geometría diferencia­l en temas computacio­nales como redes neuronales, algoritmos evolutivos y métodos numéricos para resolver ecuaciones diferencia­les parciales.

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