La importancia de la reforma al Poder Judicial
Hace unos días, cuando se filtró y se descartó una supuesta propuesta de refor- ma al Poder Judicial, que aparentemente era impulsa- da desde la Fiscalía General, en donde se planteaba la creación de tribunales espe- ciales para los jueces, que encabezarían otros jueces designados por el Senado, un prominente exministro de la Suprema Cor- te de Justicia de la Nación (SCJN) decía que, en realidad, fue el ministro Zaldívar, presidente de la SCJN, quien encabezó la resistencia contra la supuesta propuesta de Gertz y que presentaría una propuesta alternativa. Eso sucedió esta semana. Pos- teriormente, Zaldívar presentó al presiden- te una propuesta, que López Obrador, con poder de iniciativa, hizo suya, lo que re- presenta un avance para mejorar al Poder Judicial.
La propuesta busca consolidar la profe- sionalización de ese poder con una escue- la judicial, concursos de oposición, que considerarían cuotas de género y meca- nismos para evitar el nepotismo; ampliar los tribunales que deciden de manera co- legiada, y limitar la discrecionalidad en el nombramiento de jueces y magistrados. Es decir, un Poder Judicial más deliberati- vo en sus resoluciones, más fiscalizado y menos unipersonal. Se busca fortalecer la defensoría pública, el flanco que más ge- nera desigualdad, ya que actualmente el tratamiento que las personas reciben de- pende de la defensa que puedan pagar.
Se pretende también modificar el siste- ma de jurisprudencia para que las bases apliquen a todos los órganos jurisdiccio- nales y baste una votación calificada pa- ra generar jurisprudencia. Eso abriría la puerta a que decisiones de la Corte que garantizan derechos, como el matrimonio igualitario o el autocultivo de mariguana para consumo personal, sirvan como ba- se de aplicación en todos los niveles y órganos de impartición de justicia.
La iniciativa no es un intento de encontrar atajos para la impartición de justicia, como cuando se propone la prisión preventiva obligatoria para una multitud de delitos, sino que se propone un camino, que no será de corto plazo, para un Poder Judicial más profesional, que rinda cuentas y que imparta justicia de manera integral, pronta y expedita.
Esto incluye respaldar a las personas cuando son acusadas de manera infundada. No se proponen cambios tan radicales, ya que el Consejo de la Judicatura seguirá dependiendo del Poder Judicial y el pleno de la SCJN tendrá casi las mismas facultades, pero sí habrá mejoras en sus áreas de mayor oportunidad y relevancia. Aquí también hay un cambio de fondo, normalmente en México las reformas par- ten de que el diseño de las instituciones es incorrecto, por lo que se quiere encontrar la solución en nuevos diseños, cuando el problema en general está en procesos, in- centivos y culturas organizacionales incorrectas, la mayoría incrustadas en el día a día del trabajo de la institución.
Más allá de los detalles técnicos, ahora sí se propone una solución de fondo, de largo plazo, para que el Poder Judicial mejore y también lo haga todo el sistema relacionado con la impartición de justicia. Falta cerrar la pinza con reformas para que las fiscalías fortalezcan su capacidad de investigación y sean capaces de presentar sus casos con evidencia sólida. Que en el Ministerio Público sigan criterios que acompañen a las personas de menores recursos para impedir abusos y evitar que se encuentren en desventaja. Hasta hora, la exigencia de mejora se ha puesto en las policías, pero sin ministerios públicos capaces y sin un Poder Judicial ágil, fiscalizado y sólido, el país no podrá avanzar en construir una sociedad más justa y, por tanto, más segura.