“Gremios e instituciones culturales están entrando en pauperización”
• De nueva cuenta, la cultura juega un papel secundario para el Estado, argumenta la crítica de arte María Minera, y cuestiona prioridad para el megaproyecto del Bosque de Chapultepec
“Es la historia de siempre. No solamente en esta administración ni solo por la pandemia, los gremios de la cultura han visto cómo los presupuestos anuales se recortan, cómo cuando hay crisis el primer sacrificado, antes que todos los demás, es el sector cultural, que se percibe como no esencial. El presidente de la República ha hecho su lista de los asuntos prioritarios y el último, que metió casi de refilón, es la cultura y va, además, representado por un solo proyecto, el único que le interesa levantar, que es Chapultepec. Siempre hemos jugado ese papel secundario para las administraciones. Definitivamente, los gremios de la cultura están entrando en un proceso de pauperización muy notable y no solamente a nivel personal, sino que las infraestructuras están siendo golpeadas”.
Lo anterior es parte de la opinión de María Minera, crítica de arte e integrante del Frente Amplio de Trabajadores del Arte y la Cultura, quien el viernes pasado fue conductora del foro “Asociaciones y colectivos frente a la agenda pública”, que cerró el segundo ciclo de conversaciones impulsadas por la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural, como parte de la propuesta de la UNAM a manera de radiografía y debate público sobre la situación del sector cultural por efectos de la crisis sanitaria, el cierre de actividades presenciales y las políticas públicas que, a decir de distintos gremios, han sido insuficientes e, incluso, adversas, ante la precarización de los gremios.
Distintos colectivos y asociaciones civiles de la cultura se han integrado en lo que va de la presente administración para pugnar en uno o varios flancos que se han visto precarizados por los recortes presupuestales, las reservas de partidas de gasto o la desatención en la agenda política.
El impasse por el retraso de pagos a artistas en 2019 propició la integración de los colectivos No Vivimos del Aplauso, Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte (MOCCAM) y Asamblea por las Culturas. La precarización del teatro por el cierre de espacios incentivó la creación de la Asociación Nacional de Teatros Independientes (ANTI). El Frente Promuseos se creó para abogar por la pauperización de los distintos recintos en el país. El Frente Amplio, que Minera representa, salió en defensa del Fonca. Algo similar sucedió con aquellos gremios que cerraron filas para amplificar una sola voz ante las autoridades, como los trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por el recorte del 75% del presupuesto, y los de la comunidad cinematográfica, quienes fueron fundamentales para revertir la extinción del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y propiciar, a partir de este, trabajos legislativos para conformar un fideicomiso único.
“Nos hemos convertido en activistas culturales desesperados por la coyuntura. Este sector está integrado en muchos casos por trabajadores informales que llevan a cabo labores que son percibidas como ociosas. El gobierno suele usar la retórica de que la cultura puede ayudar a reconstruir el tejido social. Sin importar el partido, los políticos usan esta fórmula simplemente para salir del paso, pero sin actuar en consecuencia. El Fonca ha caído en un limbo, como estaba cayendo Fidecine, de estos vacíos legales y burocráticos, de los cuales no sabemos si van a salir fortalecidos, como es la promesa, o definitivamente no van a salir”, expresa.
Celebra que el gremio cinematográfico haya logrado la reversión de la propuesta legislativa para la extinción de los apoyos al cine. Razona que el Estado percibe distinto a esta industria por tener un impacto medible en puntos del PIB; sin embargo, opina, “además de al cine, el Estado tendría que estar protegiendo las áreas vulnerables de la creación artística y la procuración de la cultura. Por ejemplo, no se puede entender que el INAH esté siendo despreciado de esta manera. El Estado no alcanza a ver las consecuencias del descuido de nuestras zonas arqueológicas, los archivos históricos. Son años de trabajo colectivo, de cuidar el patrimonio, generando una narrativa alrededor de nuestra riqueza cultural que, de pronto, de un plumazo, quedan completamente borrados”.
El Complejo Bosque de Chapultepec se ha convertido en el proyecto cultural insignia de la 4T y tendría un costo total de 10,000 millones de pesos.