Nace una nueva versión de Macron
El presidente de Francia tiene dos años para salvar su reelección, por ppor lo que qque decidió bloquear el camino a su natural relevo: Édouard Philippe, primer ministro hasta el viernes pasado. Macron abandonó el gobierno de François Hollande el 31 de agosto de 2016, nueve meses antes de las elecciones presidenciales a las que se presentó ofreciendo una identidad ideológica “ni de izquierda ni de derecha”.
Nueve meses le fueron suficientes para construir una candidatura exitosa gracias al debilitamiento de Hollande (Partido Socialista) y de la propuesta fallida de Los Republicanos. El talentoso Françoise Fillon, quien se había desempeñado como primer ministro durante el gobierno de Sarkozy, era el candidato natural para ganar las elecciones, pero al haberle descubierto una trama de contrataciones irregulares, tuvo que declinar a su sueño.
Para nadie fue ajena la simpatía de Hollande por la creación de una candidatura emergente alrededor de Macron con tal de no entregarle la presidencia a Los Republicanos.
Cuatro años después, Macron relanza su candidatura desde la Presidencia. A diferencia del distanciamiento orgánico e ideológico con Hollande, no podrá borrar de su trayectoria de tres años de gobierno, principalmente el nacimiento de los chalecos amarillos que lo debilitaron, ni el complejo recorrido que aún no logra concluir para realizar la reforma de pensiones. El partido de Macron perdió las elecciones europeas, las municipales y, probablemente pierda las departamentales y cantonales. De ahí la necesidad urgente de reinventar su gobierno.
En la república de los símbolos, el dedo de Macron apunta a Jean Castex como primer ministro, el personaje que diseñó la estrategia de desconfinamiento. Castex se encargará de operar las decisiones presidenciales y dejará la pista electoral libre al creador del movimiento En Marcha!
No hay presidencia en país europeo más fuerte que la francesa. Lo dijo François Mitterrand: “El presidente de la República ordena y decide”. Édouard Philippe se encontraba escalando las encuestas de popularidad peligrosamente, y desde hace meses, se encontró en el carril de contrasentido al presidente Macron. Mitterrand aseguraba que el primer ministro resulta ser un “asistente” del presidente, y para el objetivo de Macron, Philippe ya estaba estorbando.
Philippe no es el único elemento que compone la matriz de decisiones rumbo a la reelección de Macron, el presidente reinventará su gobierno por el nuevo entorno global de la pandemia, en particular, el azote sobre la economía del país. El valor de la producción caerá 11% y el desempleo se situará en 10 por ciento. La economía siempre resultará ser el opositor más peligroso para quien desea buscar la reelección.
La apuesta por la agenda verde de parte de Macron quedó exitosamente plasmada en el Acuerdo de París, sin embargo, los franceses han votado en la segunda vuelta de las elecciones regionales por los auténticos verdes, más cercanos a los socialistas que al partido del presidente. Es posible que, entre el legado que está dejando la pandemia, se encuentre un mayor acercamiento de los jóvenes hacia un entorno sustentable dominado por incentivos económicos hacia las industrias que no lastimen el medio ambiente, agenda poco trabajada por Los Republicanos.
Macron sabe que el eje temático de la campaña presidencial en el 2022 se verá influenciado por la pandemia. No es casualidad que los tres vértices del relanzamiento del gobierno sean: economía, política social y medio ambiente, las tres variables que asimilan el nuevo entrono que está heredando la pandemia.
Macron inicia su campaña con su partido fragmentado y debilitado. El sismo ideológico que provocó la irrupción del movimiento En marcha! no parece que pueda ser revitalizado por Macron. Quien sí lo hará será la pandemia, y ganará las elecciones el partido que asimile el cambio.