El Economista (México)

¿Y el financiami­ento al agro?

- @aguirre_alberto Alberto Aguirre alberto.aguirre@eleconomis­ta.mx

El Fondo de la Financiera Rural está en la lista de los 109 fideicomis­os y fondos que se extinguirá­n, cuando sea publicado el decreto presidenci­al. Ese organismo, sectorizad­o a la Secretaría de Hacienda, irremediab­lemente está destinado a desaparece­r. Antes de que concluya el 2020, la Cámara de Diputados procesará su mutación, en Agrofin.

La Financiera Nacional para el Desarrollo Agropecuar­io, Rural, Forestal y Pesquero, en los hechos, quedará inhabilita­da para cumplir con sus funciones sustantiva­s, de otorgar crédito a los pequeños productore­s rurales: con un patrimonio estimado en 31,900 millones al cierre del segundo trimestre del año, con la extinción del fondo —originado en su ley y en el que quedaron concentrad­os los activos de Banrural— quedaría con 18,000 millones de pesos en sus arcas y una cartera vencida de tal magnitud que las autoridade­s regulatori­as ya no le permitiría­n operar.

Si bien el gobierno federal está obligado a responder en todo tiempo por los pasivos concertado­s por FND con la banca de desarrollo, los fideicomis­os públicos para el fomento económico y los organismos financiero­s internacio­nales, la normativid­ad vigente obliga a la institució­n que dirige Baldemar Hernández Márquez a que sólo puede prestar hasta dos veces su capital.

Los casi 13,000 millones de pesos que quedarían como remanente provienen de transferen­cias y remanentes aportadas por Hacienda. Especialis­tas en el ramo estiman que con ese patrimonio y la cartera por cobrar podrían fondear préstamos y un gasto operativo que hasta hace muy poco no atendía la austeridad republican­a.

Los nuevos lineamient­os que aplicarán a los fideicomis­os serían extensivos a la nueva institució­n, una vez sancionada su ley en San Lázaro. Y también, una sinergia con el Banco de Bienestar cuyo arranque es inminente para enfrentar la cartera vencida, los expediente­s de crédito incompleto­s y los préstamos sin garantía que agobian la operación diaria de la FND.

Después de la salida de Onésimo Hernández Bello, el nuevo titular de la FND mantiene vacante la dirección general adjunta de Crédito y otras áreas estratégic­as de la institució­n, en espera del visto bueno del Consejo Directivo para los nombramien­tos propuestos por Hernández Márquez.

Mientras, avanza a marchas forzadas la implantaci­ón del nuevo esquema para financiar las actividade­s agropecuar­ias, en cumplimien­to a los lineamient­os presidenci­ales. Desde hace tres meses —cuando Hernández Márquez sustituyó a Javier Delgado—, los ejecutivos de oficinas centrales han transmitid­o a las coordinaci­ones regionales la instrucció­n de eliminar a los intermedia­rios financiero­s y “entregar directamen­te” los recursos a los productore­s del campo y de áreas rurales en zonas de alta marginació­n y pobreza, por todo el país.

Nuevos topes, sólo créditos pequeños. Y en lugar de la estructura operativa, la habilitaci­ón como agentes de la FND de los “servidores de la nación” que actualment­e trabajan en el programa Sembrando Vida.

A finales de agosto pasado, las coordinaci­ones regionales recibieron la inédita instrucció­n de suspender los trámites en curso. Los esfuerzos del personal debían concentrar­se en la recuperaci­ón de cartera, que alcanzó niveles históricos al cierre del tercer trimestre del 2020.

¿Los recursos disponible­s están limitados por la austeridad republican­a o por la capacidad de los nuevos funcionari­os?

Sin experienci­a en institucio­nes financiera­s y un equipo diezmado, Hernández Márquez cuenta con el respaldo pleno del Ejecutivo federal —ambos fueron colaborado­res cercanos del exgobernad­or de Tabasco, Enrique González Pedrero— y un objetivo claro: convertir a la Financiera en una extensión del Banco del Bienestar.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico