Ley de hidrocarburos, sin cambios
Viene otra batalla del gobierno de la 4T para realizar la contrarreforma energética. Hoy se revisará y votará en la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados la Ley de hidrocarburos.
La mayoría de los observadores coinciden en que la ruta está trazada para que se apruebe, pase al pleno, se apruebe y se turne al senado en donde seguirá exactamente el mismo camino.
La reforma a la Ley de Hidrocarburos es una pieza más de la estrategia del gobierno para revertir la reforma energética iniciada en el sexenio pasado. Ayer, la Comisión Antimonopolios recomendó al Congreso de la Unión, -exactamente igual que como lo hizo con la reforma eléctrica- no aprobar en sus términos la Ley de Hidrocarburos.
Advirtió que de aprobarla tal cual, afectaría la competencia en la industria y aumentaría el precio que pagan las familias y empresas por los productos finales.
Desde el punto de vista de la presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), Alejandra Palacios, “no es la manera de hacerlo”.
El órgano regulador de la competencia, se abstuvo de pronunciarse sobre la modificación legal para revocar los permisos y reconoció como legítimos los esfuerzos del Gobierno Federal por combatir el contrabando de hidrocarburos y petrolíferos.
Cofece advierte que en ningún caso, el régimen de permisos debe restringir el acceso a los interesados que cumplan con los requisitos aplicables.
Se distorsiona -dice Cofece- el régimen de permisos, porque faculta y da amplia discrecionalidad a la Secretaría de Energía (Sener) y a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) para suspender temporalmente permisos en caso de que consideren de peligro inminente para la “seguridad nacional, la seguridad energética o para la economía nacional”.
Sin embargo, estos conceptos no se definen ni se establecen criterios para su clara aplicación.
Generaría incertidumbre al modificar de afirmativa a negativa ficta en la resolución de las solicitudes de cesión de permisos, lo que reduce los incentivos de la autoridad para resolverlas de manera expedita, e impide inicialmente a los agentes económicos conocer las razones para negarlas.
Es muy probable que el Congreso de la Unión, como lo hizo con la iniciativa de Reforma Eléctrica, haga oídos sordos a la opinión de la Comisión Antimonopolios.
La contrarreforma va.
Atisbos
FRASE: Hay declaraciones que son significativas y no pueden pasar inadvertidas.
Es el caso de las que hizo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En unas cuantas palabras dejó ver, muy claramente, que hoy tiene dos preocupaciones principales. Una, las elecciones intermedias. Y dos, el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Es evidente que el Jefe del Ejecutivo desea mantener el control del Congreso y por ello son sumamente relevantes los resultados de las elecciones intermedias.
Y también es obvio que el Presidente de México desea controlar el PEF. Para controlar el PEF, necesita el control, a través de su partido, de las cámaras de Diputados y Senadores.
En caso de que su partido no gane las elecciones y la oposición las gane, advierte que utilizará el veto presidencial para mantener el control de los dineros públicos.
Estas son, textualmente, las palabras presidenciales:
“No hay ningún problema si nuestros opositores ganan, pues no es tan fácil que nos quiten el presupuesto, les recuerdo que el Ejecutivo tiene facultad de veto y puedo vetar su presupuesto, si tienen mayoría.
Que si ganan los opositores nos van a quitar el presupuesto; no está tan fácil. Que van a quitar los programas sociales porque es populismo, porque es paternalismo, no está tan fácil. Nada más les recuerdo que el Ejecutivo tiene facultad de veto. Y es legal. No es nada fuera de la ley. Si no se puede aplicar el presupuesto, si hay diferencias, se puede aplicar el presupuesto anterior, en tanto se resuelve todo. Entonces no es un asunto que sea de vida o muerte. Hay dos políticas, dos proyectos de nación, distintos y contrapuestos”.
Para la reflexión.