Moche digital, descartado... otra vez
Alos promotores del moche digital les falló el “timing”. El moche digital se fue temporalmente a la congeladora. Las inminentes elecciones intermedias se convirtieron en la barrera que lo frenó en seco, por lo menos circunstancialmente.
Venía incluido en una iniciativa de ley que, según sus propios promotores, podría recaudar entre 4,000 y 6,000 millones de pesos anuales.
Ese monto supuestamente beneficiaría a los autores, compositores y escritores.
La iniciativa de ley proponía otorgar a las Sociedades de Gestión Colectiva (SGC) el derecho a exigir un pago a los fabricantes e importadores de dispositivos de almacenamiento digital, tales como: computadoras, teléfonos móviles, discos duros, memorias USB, entre otros. Todo bajo la premisa de que estos dispositivos son utilizados principalmente para la realización y almacenamiento de copias privadas de obras protegidas y que las mismas generan un daño a los titulares de derechos de autor.
Morena vs Morena
La consigna morenista del “no al aumento de los impuestos” -y menos en tiempos de elecciones, completarían algunos- echó abajo una vez más, la intención de cobrar, a través de los fabricantes e importadores de dispositivos de almacenamiento digital, una remuneración por copia privada.
El objetivo parecía inobjetable: beneficiar a los sacrificados y nunca bien reconocidos autores.
Propuesta Garibaldi
El tema es muy complejo y por supuesto, cada parte tiene un punto de vista.
Hay que empezar por los hechos. El viernes pasado fue rechazada en la Cámara de Diputados la reforma que incluía el moche digital.
Lo propuso el actor-legislador morenista,
Sergio Mayer. La rechazaron la mayoría incluidos legisladores de Morena y partidos aliados
“Tenemos una deuda histórica con los autores, compositores y escritores”, dijo histriónicamente, el diputado Garibaldi.
A lo que el diputado petista Gerardo Fernández Noroña, respondió, con teatralidad impresionante: “el dictamen le daría un golpazo a la gente, justamente cuando se ha dicho que bajo ninguna circunstancia se van a aumentar los impuestos ni meter derechos que son impuestos disfrazados”.
Dimes y diretes
El director ejecutivo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), Luis Fernando García advierte que se trata de una “falsa premisa” que estos dispositivos son utilizados principalmente para la realización y almacenamiento de copias privadas de obras protegidas y que las mismas generan un daño a los titulares de derechos de autor.
Desmiente todas y cada una de las mentiras detrás del moche digital.
Asevera que la remuneración beneficiaría a las sociedades de gestión colectiva más que a los autores.
Sostiene que las personas ya pagamos por la obra y es irrazonable pretender que paguen doble; que las tecnologías digitales son el principal vehículo para el acceso legal a música y obras audiovisuales; y que la copia privada no es una violación a derechos de autor y sí está amparada por las limitaciones que establecen los artículo 148 y 151 de la Ley Federal de Derechos de Autor.
Por su parte, el director general de la Sociedad Mexicana de Productores de Fonogramas (Somexfon) Francisco Martínez, afirma que la remuneración compensatoria ya se cobra en 50 países, que en México ya existe el derecho de autores y conexos a recibirla; que no se trata de un impuesto y que es falso que aumentará el precio de los dispositivos y que las SGC solo son herramientas de recaudación en favor de los autores.
Martínez dice que este es el único sistema probado internacionalmente y sencillo para compensar a los titulares por el uso privado de sus obras sin autorización. La compensación por copia privada debe entenderse como un pago o remuneración a los creadores por el uso de sus obras, no como la imposición de una carga a un particular
Esas son las distintas posiciones. Lo cierto es que se requiere un diálogo que permita encontrar la ruta para que, sin gravar ni coartar, a las tecnologías de la información se proteja a los consumidores y sobre todo se remunere a los creadores. Al tiempo.