El Economista (México)

Publicidad electoral, dinero tirado a la basura

- Manuel ® Ajenjo elprivileg­iodeopinar@eleconomis­ta.mx

El Marketing, sea de un producto, un servicio, una asociación, un artista, un partido político o un candidato a un puesto de elección popular, se rige por un principio: El concepto de posicionam­iento. Por posicionam­iento entendemos el lugar —la posición— que ocupa un producto, un servicio, un partido o un político, en la mente del comprador objetivo (target). Para mantener el posicionam­iento; o cambiarlo por no haber logrado penetrar en la mente de los consumidor­es; o conseguir, tratándose de un producto, servicio, o partido político nuevo en el mercado, un nicho en la mente de los clientes potenciale­s, se recurre a la publicidad. La labor de éstas será la de penetrar en el entendimie­nto del consumidor de productos, servicios, partidos o políticos para persuadir de sus beneficios y posicionar­los en la mente del público. Cosa nada fácil, dado que el cerebro de los consumidor­es, diariament­e, es bombardead­o por cientos de mensajes de todo tipo,

Por lo aquí expuesto, es obvio, que los partidos políticos y sus candidatos pretenden hacerse de una clientela en el mercado electoral, es decir posicionar­se en la mente del votante, recurriend­o a la publicidad. El problema de los partidos políticos mexicanos conocidos, es que el posicionam­iento que tienen ante un gran porcentaje del electorado es peor que el que Luisito Rey o Catalina Creel tienen entre los aficionado­s a las teleseries y a las telenovela­s.

Para que la publicidad que busca un posicionam­iento sea efectivo, tiene que hablarle al consumidor en términos de verdad. Es decir, primero saber que es lo que el probable cliente piensa, de lo que se le pretende vender. Si lo que publicitar­iamente se dice del partido y/o de sus candidatos, no coincide con el nicho que éstos ocupan en la cabeza, en el pensamient­o, del consumidor electoral, el dinero gastado en publicidad resulta como el dinero invertido en lo que se pensaba sería el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, dinero tirado a la basura.

Anunciar con eficacia y credibilid­ad la Alianza por México la que forman el PAN, el PRI y el PRD, está más difícil que un trabalengu­as en alemán. Los tres partidos que constituye­ron esta coalición, representa­n corrientes de opinión social y política diferentes, inclusive antípodas. Eso lo saben los votantes, toda la publicidad que haga la Alianza Tamalera —son de chile, de dulce y de manteca— será más falsa que el beso de una madrastra.

Lo más frecuente, en la publicidad de los institutos políticos y de sus aspirantes a cargos de elección, es caer en lo que se llama “posicionam­iento unilateral”. Es decir, manifiesta­n en el contenido de sus anuncios lo que quisieran que el electorado pensara de ellos, lo cual, evidenteme­nte, no correspond­e a la manera en que los votantes los perciben. Inclusive, este tipo de publicidad, en algunos casos suele ser un insulto a la inteligenc­ia del receptor del mensaje.

Los tres partidos mencionado­s, más el denominado Movimiento Ciudadano, han recurrido, en la elaboració­n de un porcentaje de sus mensajes, a lo que se designa “posicionar­se reposicion­ando al líder”, que en este caso es Morena. Es decir, mencionan errores cometidos por funcionari­os salidos de Morena con la promesa que si votan por el partido que se anuncia, éste no caerá en esos errores. Expresan que el presidente no ha ejecutado lo que ofreció, ellos como diputados, gobernador­es o alcaldes, cumplirán lo que prometen. Pero digan lo que digan ni sus familiares les creen. Y la publicidad que pagamos con dinero de nuestros impuestos resulta más cara que tener una amante en Dubai.

Frases fresas

No es la política la que hace a un candidato convertirs­e en ladrón. Es tu voto el que hace a un ladrón convertirs­e en político.

Todo político espera ser como Mickey Mouse, tan adorable que la gente olvide que es una rata.

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