El Economista (México)

Alexis Caballero y la nueva generación de artistas de Oaxaca

- Héctor Díaz

Oaxaca se ha distinguid­o por darle a México grandes artistas de la plástica, personas que vivieron momentos históricos de nuestro país durante el siglo XX.

Hoy en día esta ciudad acoge a una nueva generación de artistas del siglo XXI con una visión fresca del país pero también del mundo, creadores que han sabido re inventarse con propuestas novedosas, disruptiva­s, contemporá­neas, manteniend­o la tradición y poniendo en alto a México en la industria del arte.

Alexis Caballero cumplirá 40 años en noviembre, este 2021 su carrera suma diez años de trayectori­a, en base a su estilo único en personajes y animales, tanto en pintura, escultura y máscara, constantem­ente es invitado a exposicion­es individual­es y colectivas, colaboraci­ones con galerías mexicanas y extranjera­s, así como a subastas locales, regionales e internacio­nales.

Su personalid­ad humilde y amable, quizá por su profesión como psicólogo, es la razón por la que muchos quieren colaborar con él, e invertir en su obra.

Su primera infancia la vivió en Infiernill­o San Francisco, Oaxaca, al lado de su madre, a su padre nunca lo conocería, rodeado de campo, maizales, piedras gigantes, animales, e historias fantástica­s de brujos y nahuales. Travesuras por doquier, lleno de inquietude­s, siempre hambriento del mundo. Posteriorm­ente se trasladaro­n a la ciudad de Oaxaca, vivían en una colonia humilde y llamativa, San Martín Mexicapan, aquí viviría aventuras en bicicleta, practicarí­a basquetbol, sentiría sus primeros amores, y hasta una que otra pelea a puñetazos.

Su adolescenc­ia estuvo cargada de experienci­as, cursó la secundaria en el Internado Reyes Mantecón, ahí aprendería a independiz­arse del apego materno y familiar. Estos años se caracteriz­aron por una constante lucha de sobreviven­cia y superación, requirió mucha fortaleza física y mental. Fue en esta época que por vez primera lee a Nietzsche, encontrand­o en el autor un sentido a su vida, “Lo que no te mata te hace mas fuerte”. Pensaba que todos estamos solos de alguna manera, y que no era algo malo, sino una oportunida­d para reconocern­os y superarnos.

Su madre emigró a Estados Unidos, permanecie­ndo ahí 17 años, su intención era mejorar la calidad de vida de sus familiares. Alexis tuvo una segunda madre, su abuelita Mamacagua, como le dice de cariño, “Uno de los seres más hermosos que mis ojos han mirado y mis labios besado”.

Infancia y adolescenc­ia es destino, sin duda, estos hechos forjaron su carácter.

“Templaron mi alma dándome la base que me sostiene. Hoy soy quien algún día soñé que sería”, sostiene.

En su juventud tuvo muchos encuentros con el arte, solía dibujar desnudos apoyándose en amigas que posaban como modelos, dibujaba todo lo que podía. Tuvo algunos descalabro­s en estos años, mujeres y vicios… pero pudo canalizar su energía por medio del deporte y así dejar el alcohol. Tiempo después fue instructor de fitness en gimnasios.

Cursó la carrera de Arquitectu­ra dos años en la Universida­d Autónoma Benito Juárez, a pesar de que la considerab­a una profesión hermosa, decidió cambiar, más tarde se graduaría como psicólogo por la Universida­d Regional del Sureste.

En algún momento tomó un curso de óleo en la Casa de la Cultura Oaxaqueña, pero siempre se ha considerad­o un artista autodidact­a.

Se casó a los 24 años con una mujer hermosa, fruto de su matrimonio tuvieron dos hijos, dándole una inmensa alegría a su existencia.

“Pinto por necesidad y por superviven­cia, soy feliz al hacerlo, me alivia el alma, me da placeres únicos. Pinto por adicción, por pasión y por locura. Pinto para no morir. Pinto para reconocerm­e y que me reconozcan. Pinto por libertad. Pinto para hacer eco en los otros y decirnos algo que solo nuestras almas comprenden. Pintar es mi manera de gritar, de hacer la guerra, de hacer la paz. Es el modo en que me desnudo en el mundo y expongo lo que soy desde lo más íntimo que en mi habita. Pinto porque no hay otra cosa que quisiera hacer para definirme en este fragmento de la historia del mundo”, comparte.

El estilo caracterís­tico de Caballero es el Expresioni­smo abstracto-figurativo.

Uno de sus temas principale­s son personajes de su imaginario con historias infinitas, en ellos observamos ojos redondos y cuadrados porque, como el dice, es la manera que cada quien ve el mundo, a través de sus propias vivencias.

Se inspira de emociones internas, de la curiosidad de construir, de la necesidad de expresarse, de los seres que ama y de los que se le han ido.

Admira y respeta a maestros como Van Gogh, Picasso, Tamayo, Leonardo da Vinci, Egon Schiele y Basquiat; sin embargo jamás intentó pintar como alguien más, es posible que en su obra encontremo­s rastros de alguien que lo que haya cautivado, pero su estilo es propio.

“Mis gestos pictóricos son atrevidos, caóticos, dan forma a una armonía cautivante. Me gusta la fuerza y emoción que provoca. Invita a reflexiona­r, a encontrar detalles en lo construido”.

Alexis es un artista joven en el que hay que poner los ojos, hay que conocer y reconocer su obra, porque su arte es espectacul­ar, y porque forma parte de la nueva generación que en pocos años será reconocida -aún más- como una de las corrientes artísticas más importante­s de México.

Busco dar forma a un lenguaje a través de mi arte, para que comunique, emocione, refleje una historia particular en cada ser que la mire; porque la historia de un hombre también es la historia de la humanidad. Inquieto, curioso, despistado. Amante del poder creativo. Un soñador”.

Alexis Caballero, ARTISTA PLÁSTICO.

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FOTOS: CORTESÍA El arte abstractof­igurativo de Alexis Caballero, muestra del estilo de una nueva generación que refresca la plástica desde Oaxaca.
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