“La Academia no debe ser un cuerpo inquisitivo”: Fernando Fernández
•El poeta, ensayista y editor evalúa que el idioma español es un ser vivo y es imposible contenerlo. Asimismo, consultado sobre la reforma electoral y el INE, considera que es esencial la defensa de las instituciones, pero también deben ser flexibles ante los tiempos que cambian
Hacia el cierre de la semana pasada el poeta y ensayista Fernando Fernández fue elegido como miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (AML) para ocupar la silla VIII que desde 1987 y hasta enero pasado perteneció al médico patólogo, investigador y divulgador Ruy Pérez Tamayo.
Su ingreso fue propuesto por los académicos Carlos Prieto, Javier Garciadiego y Eduardo Matos Moctezuma. La decisión del pleno reconoce al “poseedor de una brillante trayectoria literaria como escritor, editor, creador y difusor cultural”.
De acuerdo con el protocolo, a partir de la elección de un nuevo académico, deben transcurrir al menos 10 sesiones plenarias para que este pueda tomar posesión, de manera que Fernando Fernández podrá asumir la silla VIII durante los primeros meses del próximo año. Mientras tanto, El Economista conversa con el también editor sobre los derroteros de la lengua en los tiempos que corren.
Donde la lengua es más porosa
“Me he preparado a lo largo de muchos años como estudioso de la lengua para poder servir a la Academia de la mejor de las maneras”, apura el ganador en junio pasado del Premio Iberoamericano “Ramón López Velarde” y destaca la relevancia de integrarse a la academia del país donde el español es más mutable.
“Hay que notar que el español de México ocupa un lugar muy importante dentro del contexto del español internacional. Primero, por razones cuantitativas, es decir, los hablantes que aporta México son muchos millones por encima de todos los demás. Pero al mismo tiempo destaca el lado cualitativo, porque lo que ocurre con el español de México no pasa en ningún otro rincón del mundo de habla hispana. Y no solamente está ocurriendo, por ejemplo, en la frontera, donde se da un cambio vertiginoso por su relación con el inglés sumamente fuerte, sino que en prácticamente todos los rincones de México ocurre un enriquecimiento. El español siempre ha sido una lengua porosa, porque sabe enriquecerse con todo lo que le llega”.
En ese sentido, considera, la Academia debe brindar orientación sobre los cambios ineludibles de nuestra lengua y “no debe ser un cuerpo inquisitivo, todo lo contrario, es una corporación que acompaña el desarrollo de la lengua, la intenta conocer a fondo, brinda referencias y propone soluciones. Hoy más que nunca, la Academia sabe que la lengua, particularmente el español, es un ser vivo y es imposible contenerlo”.
Lejos de las imposiciones
En 2025 la Academia Mexicana de la Lengua celebrará 150 años de su creación (en 1975). La mexicana fue la tercera academia consagrada a la lengua de Cervantes instituida en el continente americano, solamente después de las de Colombia y Ecuador. Y fue en nuestro país desde donde se echaron a andar los congresos ordinarios de Academias, esto en 1951 por iniciativa del presidente Miguel Alemán Valdés.
Por el peso de las academias que se fueron creando, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XX, se fue desvaneciendo la autoridad impositiva de la academia ibérica y esto permitió legitimar institucionalmente los nuevos rumbos de la lengua en el continente.
“Desde ya un buen tiempo, las academias se tratan como iguales, ya no volteamos a ver a la Real Academia Española como la que dicta las normas sino que ya se tratan de tú a tú. En ese sentido es interesante lo que ocurre en México, porque a veces la AML tiene posturas diferentes a las que tiene la Real Academia Española, pero muchos editores y mucha gente en el país prefiere ceñirse a lo que se dice allá, aunque suele suceder que la nuestra tiene posturas más sensatas, más cercanas al español que hablamos”, opina Fernández.
En este sentido, coincide, la AML “se está rejuveneciendo y está haciendo un esfuerzo para ser una corporación puesta al día, con todas las ventanas y las puertas abiertas, para ser realmente porosa ante lo que está ocurriendo”.
Defender las instituciones
A propósito de la renovación de las instituciones del país, se le pregunta al editor sobre su postura ante la revisión del INE. Esto, puesto que se le ha visto activo en redes sociales, compartiendo información sobre la marcha efectuada este domingo en oposición al proyecto de reforma electoral.
El futuro académico prefiere mantener sus reservas, pero comenta: “es esencial la defensa de las instituciones. Son cruciales para vivir ya no digamos en democracia sino para que tengamos una civilidad esencial. Las personas mucho más limitadas, son falibles. En cambio, las instituciones son todo aquello que nos brinda la continuidad que necesitamos para vivir en paz”. No obstante, concede: “pero las instituciones también tienen que ser flexibles todo lo posible, porque los tiempos cambian”.
La lengua ha estado en el centro de todas mis actividades, como lector, como escritor y maestro de literatura, pero también como editor y como locutor radiofónico. He tenido oportunidad de conocer el español desde diversas facetas y creo que esa es la parte desde donde puedo aportar a la Academia”,
Fernando Fernández, POETA, EDITOR Y ACADÉMICO.