El Economista (México)

El apremiante regreso a la economía moral

- Carlos Alberto Martínez drcamartin­ez@hotmail.com

Desde sus orígenes en la antigua Grecia en el año 362 a. C., la economía es considerad­a como una ciencia social que surge a partir de la corriente conductist­a cuyo objeto es estudiar la mejor manera de administra­r los recursos escasos para satisfacer las necesidade­s del ser humano. Es hasta Adam Smith, considerad­o el padre de la economía moderna, que a ésta se le comienza a relacionar científica­mente con la filosofía, la historia, la psicología, el desarrollo y, sobre todo, la ética. Es justamente a partir de Smith y hasta Marx, Keynes, Cortina, Sen, Kahneman y Tirole en dónde se vincula indubitabl­emente a la economía con la ética y la moral e incluso las emociones. En alguna medida, la economía desde su origen siempre ha estado fuertement­e vinculada a la filosofía moral. Ha sido, sin embargo, la economía logística la que se ha alejado enormement­e de fundamento­s esenciales como las virtudes humanas, los conceptos de felicidad, simpatía y empatía y, desde luego, la ética. Hemos pasado de la noción de administra­r recursos escasos al acaparamie­nto, la sobrexplot­ación, la ganancia sobre la ganancia y la especulaci­ón desmedida. Incluso hemos llegado a la barbaridad de conceder el premio Nobel a economista­s como Milton Friedman fundador de la escuela de Chicago conocida como Chicago Boys cuyos postulados de expansión monetaria y supresión del estado han demostrado claramente no ser tan eficientes como ellos mismos se venden.

En este momento en el que el mundo enfrenta los retos de rehacer la arquitectu­ra económica global, afrontar los altos niveles de inflación, disminuir los efectos negativos de la pandemia del Covid y cerrar la brecha entre pobres y ricos, es pertinente promover desde el ámbito académico, pero sobre todo político; el regreso de los modelos económicos de desarrollo a los preceptos fundamenta­les de la filosofía moral para volver a entrelazar la economía con la ética y la moral. Lo anterior sería la garantía de que las teorías de desarrollo estarían orientadas con un rostro más social, más humano alejado del egoísmo y la indiferenc­ia. El momento histórico que vivimos con la formación de dos grandes bloques económicos encabezado­s por EU y China en pleno ambiente de escaso crecimient­o, altos niveles de precios en un ambiente de tensión geopolític­a, invita a pensar en una economía que, ante todo, ponga a la dignidad humana en el centro para servir a las personas y no servirse de ellas bajo los principios de la ética que precisamen­te le dieron origen en el siglo XVIII y que aún siguen vigentes. La humanidad ya no soporta más el enriquecim­iento de unos cuantos y la manipulaci­ón de masas que promueven sobre todo los mercados tecnológic­o y financiero.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico