De obras de arte y vandalismo con comida
La escena se ha repetido más frecuentemente en la última mitad del año: activistas en contra del cambio climático han aventado comida a obras de arte. Por ejemplo, aventaron sopa de tomate a los girasoles de Van Gogh expuestos en la National Gallery –que resultó sin daño porque está cubierta con un vidrio. Después, otro grupo lanzó puré de papa a una obra de Monet en el museo Barberini de Potsdam. En La Haya, un activista pegó su cabeza a la Chica del Arete de Perla, de Vermeer, mientras otro lanzaba puré de tomate. Estas imágenes han dado la vuelta al mundo y pocos se han quedado indiferentes.