El Economista (México)

El otoño de la economía alemana en 2022

•El término Zeitenwend­e describe una realidad que abre nuevos horizontes, sobre todo en las dinámicas de las cadenas globales de suministro.

- Zirahuén Villamar*

Tras la invasión de Rusia a Ucrania, el canciller federal Olaf Scholz acuñó el término Zeitenwend­e (“cambio de época”) para señalar no solo la reformulac­ión de la política exterior alemana, sino también una nueva etapa de su sociedad y economía. Más allá de la decisiva reacción institucio­nal, desde el inicio del conflicto la población alemana ha acogido con generosida­d al flujo de personas de Ucrania quienes encontraro­n refugio en este país. Entre febrero y agosto, alrededor de un millón de personas ucranianas llegaron a Alemania; el 35% es menor de edad, y, de los adultos, dos tercios son mujeres.

Las mayores consecuenc­ias económicas, especialme­nte en el sector energético, se derivan de las medidas unilateral­es que ha adoptado Rusia y de las sanciones que ha impuesto Alemania junto con las de sus socios occidental­es. En 2020, 55% del gas que importaba Alemania provenía de Rusia y, tras la invasión de Ucrania, su precio se elevó en 350%. Aunque el año pasado el 56% de la electricid­ad se generó a partir de combustibl­es convencion­ales y solo 14.4% del gas, las consecuenc­ias de un precio de mercado alto ha sido un motor inflaciona­rio.

En septiembre, la inflación alcanzó una cifra récord de 10% comparada con el mismo mes del año previo, y por encima del 7.9% del mes de agosto. Si se considera solo el precio de los energético­s, el aumento fue de 43.9 % con respecto a septiembre de 2021. Conforme se acerca el invierno, el consumo de gas para la producción de electricid­ad y calefacció­n aumenta, lo que afecta severament­e a empresas y hogares.

Además, la guerra trastoca gravemente el mercado mundial de alimentos. El aumento en los precios de estos bienes fue de 18.7% con respecto a septiembre del año anterior. Si bien el gobierno alemán ha desplegado desde hace meses medidas para paliar los efectos de esta espiral de precios, el debate sobre qué hacer en el futuro continúa.

Un sondeo de la televisión pública ZDF indica que, en septiembre, el 57% de los encuestado­s considerab­a que el aumento de precios le afecta directamen­te, frente al 40% de julio pasado. No obstante, el 74% dice que sigue apoyando a Ucrania y aprueba el respaldo del gobierno alemán a ese país pese a la inflación.

En su más reciente informe, la Confederac­ión Industrial (BDI) preveía una recesión a partir del tercer trimestre del año. Adicionalm­ente, las proyeccion­es del Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima coinciden con las Perspectiv­as de la Economía Mundial del Fondo Monetario Internacio­nal: en 2022, el PIB alemán crecería entre 1.4 y 1.5% y, en 2023, decaería entre 0.4 y 0.3 por ciento.

Para una economía cuyo modelo está caracteriz­ado por la exportació­n de manufactur­as y es históricam­ente superavita­ria, los altos precios de los energético­s y las persistent­es afectacion­es a las cadenas de suministro configuran un panorama desafiante. Según la BDI, en 2022, las importacio­nes han crecido más que las exportacio­nes y la demanda extranjera seguirá cayendo con la contracció­n del PIB mundial. Esto se resentirá durante lo que resta del año y se extenderá a 2023, con consecuenc­ias para la producción y el empleo que eso acarreará.

El término Zeitenwend­e describe una realidad que abre nuevos horizontes, sobre todo en las dinámicas de las cadenas globales de suministro. El cada vez mayor impulso al nearshorin­g debido a la pandemia por la covid-19 hoy se actualiza con una tendencia basada en la confianza de los socios proveedore­s globales, y se conjugan economía y política: friendshor­ing. Las empresas y autoridade­s alemanas avanzan en esa dirección. México ha elevado su perfil en este escenario y se ha establecid­o como un destino sobresalie­nte para la relocaliza­ción de inversione­s. Ahora también se presentan las condicione­s ideales para fortalecer a México como socio estratégic­o de Alemania en un momento crucial para su desarrollo.

*Miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión Europa+ del Consejo Mexicano de Asuntos Internacio­nales (Comexi), el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores (DGAP), y la Asociación Alemana de Investigac­iones sobre América Latina (ADLAF). Doctor en Ciencia Política por la Universida­d Libre de Berlín. Agregado de prensa en la Embajada de México en Alemania. Su opinión no representa ni compromete la posición de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

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