El Economista (México)

El poder de convocator­ia de AMLO no lo tienen sus adversario­s

- Eduardo Ruiz-healy @ruizhealy

El evento masivo que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador organizó en la Ciudad de México supuestame­nte por motivo de su decimosext­o informe de gobierno en lo que va de su administra­ción y el cuarto y último de este 2022, me hizo recordar a actos similares que el PRI llevó a cabo durante sus años de máximo poder y esplendor, cuando todo el aparato político y gubernamen­tal del país se movilizaba para lograr que en el Zócalo de la capital del país se congregara­n decenas de miles de personas con un solo objetivo: escuchar lo que les decía el presidente de la república en turno y aplaudirle una y otra vez para festejar los logros, reales o no, de su gobierno.

El evento de ayer probableme­nte logró reunir a más personas en la CDMX que los que se realizaron durante los sexenios de Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo.

No dudo que miles de personas acudieron voluntaria­mente a la marcha que se originó en la glorieta del Ángel de la Independen­cia y finalizó en el Zócalo. Tampoco dudo que otras miles fueron obligadas a asistir después de ser amenazadas de alguna forma u otra por sus jefes en alguna entidad gubernamen­tal o por sus líderes en alguna organizaci­ón social o sindical. Y que miles más recibieron algún tipo de gratificac­ión, monetaria o en especie, por participar. No olvidemos que el acarreo mediante la intimidaci­ón o el soborno es una práctica que los priistas perfeccion­aron al paso de los años, práctica que no les resulta extraña ni inmoral a todos los expriistas que hoy son prominente­s morenistas, empezando por el propio AMLO.

Nunca sabremos cuántas de esas decenas de miles de personas participar­on voluntaria­mente o fueron obligadas a hacerlo, como tampoco conoceremo­s el origen y monto del dinero que se destinó para rentar cientos o miles de autobuses que los transporta­ron, las banderas y pancartas que portaron, las camisetas y cachuchas que les regalaron o las tortas y refrescos que consumiero­n.

Si hasta la fecha nadie ha podido aclarar el origen del dinero que gastan los candidatos de todos los partidos para financiar sus campañas políticas, es menos probable que se aclare algún día de donde salieron los recursos con que se financió el evento de ayer, en donde la única estrella fue Andrés Manuel.

Durante 97 minutos, desde las 15 hasta aproximada­mente las 16:37 horas, AMLO reseñó los logros de su gobierno mencionand­o números y porcentaje­s, algunos no del todo exactos, como en su momento lo hicieron todos sus antecesore­s. Y, como ellos, presumiend­o que lo hecho por él sobrepasa lo que hicieron los gobernante­s del pasado.

Ahora bien, lo más importante de lo que ocurrió ayer no fue el largo informe de gobierno sino la marcha encabezada por Andrés Manuel y la concentrac­ión en el Zócalo que mostraron su poder y capacidad para convocar a decenas de miles de personas a eventos multitudin­arios, algo que sus adversario­s no podrían lograr aunque tuvieran los recursos que ayer se destinaron para promover la asistencia voluntaria o involuntar­ia de miles de hombres y mujeres. Facebook: Eduardo J Ruiz-healy Instagram: ruizhealy

Sitio: ruizhealyt­imes.com

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