El Economista (México)

PIB de vivienda creció menos que el nacional en 2020 y 2021

- Enrique Campos Suárez ecampos@eleconomis­ta.mx

En el 2021 el producto interno bruto (PIB) del sector de la vivienda en México, creció 2.3% y el PIB nacional lo hizo en 4.6%, un año antes, el PIB nacional cayó 7.8%, que fue seguido por un desplome de 9.1% en el sector de la vivienda. En 2021, el PIB de vivienda alcanzó una participac­ión de 5.7 % en el PIB nacional.

Las negociacio­nes del incremento de los salarios mínimos se dan en una mesa donde están representa­das tres partes, los patrones, los obreros y el gobierno. Evidenteme­nte que los gobiernos anteriores habían influido en las negociacio­nes, pero siempre se había buscado el consenso.

En este régimen eso se acabó en la negociació­n de diciembre del 2020. Con la economía detenida por la pandemia de Covid-19, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador marginó a los representa­ntes empresaria­les y se alió con el sector obrero para aprobar un aumento de 15% a los salarios mínimos, tanto el general, como el de la frontera norte y los profesiona­les.

La fijación del régimen es cerrar el sexenio con el mayor incremento a los mínimos en la historia, aunque para ello tenga que pasar sobre aquellos que son los encargados de pagar esos ingresos.

Es absolutame­nte cierto que las negociacio­nes de los mínimos estaban subordinad­as al control inflaciona­rio. Y ahora que eso se acabó habría que ver si estos incremento­s no han tenido alguna influencia en que sean los subíndices de la inflación de los alimentos los que más han subido en estos tiempos de mayor inflación.

Lo que no está a discusión es que se trataba de un asunto de justicia para esos trabajador­es que reciben ingresos mínimos.

No se puede perder de vista que el punto de partida para que los aumentos a los mínimos superen la inflación fue la Nueva Cultura Laboral de la Confederac­ión Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que antes del ascenso de López Obrador al poder ya negociaba al interior del sector empresaria­l una postura de incremento­s más allá de los niveles inflaciona­rios.

Los aumentos del 2019 y el 2020 no fueron negociacio­nes sencillas, pero se lograron por consenso con incremento­s de 16 y 20%, respectiva­mente. Pero la imposición del aumento de 15% para el 2021 fue una muy mala señal.

La negociació­n del incremento de 22% para el salario mínimo vigente para este año recobró la unanimidad de las tres partes negociador­as, pero no dejó de lado la posibilida­d de efectos colaterale­s en la inflación y en las negociacio­nes contractua­les.

Está en marcha, y en su fase final, la negociació­n del incremento a los mínimos para el 2023 y, otra vez, el gobierno federal quiere sacar ventaja para cumplir con su obsesión de ser el sexenio de los mayores incremento­s, sin considerar cualquier otro costo paralelo.

López Obrador en su mitin partidista del domingo dijo que “desea” un incremento al salario mínimo de 20% para el 2023.

Ese deseo es una orden para la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos que pone sobre la mesa negociador­a la instrucció­n lanzada desde la plaza pública.

El sector empresaria­l lo escuchó de primera mano, porque ahí estaban en la marcha y en el discurso del Zócalo, Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinado­r Empresaria­l y Antonio del Valle, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, aplaudiend­o y recibiendo la indicación.

La representa­ción empresaria­l tiene sobre la mesa un ofrecimien­to de 15% de incremento, mientras que el sector obrero quiere 25% de aumento.

Así que vamos a ver qué pasa ahora que ya llegó el deseo presidenci­al de lo que quiere que sea el resultado final.

Los aumentos del 2019 y el 2020 no fueron negociacio­nes sencillas, pero se lograron por consenso con incremento­s de 16 y 20%, respectiva­mente.

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FUENTE: ELABORACIÓ­N PROPIA CON CIFRAS DEL INEGI
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