El Economista (México)

Sin Monreal

- Ezra Shabot

Ricardo Monreal no es un individuo dispuesto a doblarse ante el líder a diferencia de otros políticos cuya obediencia al caudillo López Obrador es total, y por lo cual se ajustaron a su estrategia de marchar por la ciudad en lo que fue el arranque de la campaña de Morena para la Presidenci­a en 2024. Monreal ha decidido correr la suerte de los disidentes, de aquellos que entienden que ya no hay espacio dentro de un grupo político y que hay que jugársela desde afuera con todo lo que esto implica.

Monreal es un viejo zorro de la política que ha sabido medir con éxito los límites de su poder. Así estuvo a punto de romper con AMLO después de haber sido desplazado de la candidatur­a a la jefatura de gobierno de la CDMX tras desafiar a la Claudia Sheinbaum, la favorita del señor, pero dio marcha atrás al entender a tiempo que López y Morena iban a arrasar en la elección del 2018 y él no podía quedar fuera.

Como líder del Senado, el zacatecano procesó la gran mayoría de las ocurrencia­s presidenci­ales, y demostró lealtad y eficiencia. Pero Monreal no es un político servil, ni puede servir de figura decorativa para un líder que pretende garantizar su trascenden­cia en el poder más allá de los límites sexenales. Por eso es que la ruptura monrealist­a en Morena es la principal amenaza para la elección de Estado que se planea desde ya, y que para ello pretende destruir a un órgano autónomo como el INE.

En este escenario dos interrogan­tes se plantean para el todavía hoy líder del Senado. El primero es la magnitud de la fractura que puede ocasionar en Morena y el daño que esto ocasionarí­a a la capacidad operativa del partido y segundo, qué tanto este poder acumulado le puede ser útil para negociar una candidatur­a única opositora en el marco de una confrontac­ión nacional Morena – oposición.

Suponer que esta jugada política le resultará y Ricardo Monreal se alzará con la candidatur­a opositora, es una apuesta complicada con un sinnúmero de obstáculos en el camino. Pero lo que es indudable es que Morena sin Monreal y teniéndolo como enemigo dispuesto a ofrecer su capital político a quienes enfrenten a la 4T, verá mermada su capacidad de acción electoral.

Así como Monreal les arrebató la alcaldía Cuauhtémoc en el 2021 apoyando a Sandra Cuevas de Va por México para evitar que los Bejarano – Padierna recuperara­n el espacio, hoy podría poner todo su arsenal político electoral a nivel nacional para evitar un eventual triunfo de Claudia Sheinbaum.

Monreal se juega con esto su vida política y algo más. Pero no tiene otra alternativ­a. Tanto para él como para Marcelo Ebrard esta es la última llamada. Sheinbaum presidenta es para ambos, en el mejor de los casos, el fin de sus aspiracion­es políticas, y en el peor la prisión o el exilio.

@ezshabot

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