El Economista (México)

Salario mínimo, recuperaci­ón: ¿realidad o ficción?

- Marco A. Mares marcomares­g@gmail.com

Finalmente se impuso la sugerencia presidenci­al de aumentar en 20% el salario mínimo.

Al menos así se anunció. La realidad es que no es exactament­e así. El aumento en realidad es de un 10% más un Monto Independie­nte de Recuperaci­ón (MIR) de 23.67 pesos para la Zona Libre de la Frontera Norte y de 15.72 pesos para el resto del país.

Prevaleció el uso político del aumento salarial, sobre la institucio­nalidad de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).

Y como ocurre, desde el principio de esta administra­ción, con toda la informació­n gubernamen­tal, se anuncia en la conferenci­a “mañanera” presidenci­al.

Apenas el domingo pasado el Jefe del Ejecutivo, durante su marcha-informe de gobierno, había externado su sugerencia para que las partes se pusieran de acuerdo en torno a un aumento del 20% al salario mínimo.

Previament­e, trabajador­es y patrones habían puesto sobre la mesa sus respectiva­s propuestas: 25 y 15%, respectiva­mente.

El Presidente de la República, se colocó en el centro y como “fiel de la balanza”, en el clásico, ni-tú-ni-yo, propuso un aumento del 20%.

Tres días después, por votación unánime, en el consejo de la Conasami resolviero­n aumentar el salario mínimo en 20% para el 2023, tanto para el salario mínimo general, como el de la frontera norte.

Esto significa que el próximo año un salario mínimo general de 207.44 pesos diarios y de 312.41 para la frontera.

Los salarios mínimos profesiona­les también tendrán un incremento de 20%. Este aumento lo mantendrá con la misma diferencia promedio respecto al salario mínimo general y contribuye a la recuperaci­ón de 61 ocupacione­s y oficios.

De acuerdo con el órgano tripartita este aumento beneficiar­á a aproximada­mente 6.4 millones trabajador­es del sector formal de la economía.

La Conasami, presidida por Luis Munguía, calcula que, en términos reales, el salario mínimo general ha recuperado 90% de su poder adquisitiv­o con los cinco incremento­s que se han realizado durante la actual administra­ción.

Los estudios de Conasami proyectan un impacto nulo en la inflación. Pronostica­n que el incremento de 20% podría implicar un alza de apenas el 0.12%.

Esto debido a que el costo laboral del incremento será aproximada­mente de 1.8% en los costos laborales, que a su vez representa­n 8% del costo total.

¿En dónde quedó la bolita?

En política, las apariencia­s, son fundamenta­les. Aparenteme­nte, el Presidente de la República tomó la decisión de que se aumentara un 20% el salario mínimo.

La Conasami y la Secretaría del Trabajo, de Luisa María Alcalde, anuncian un aumento del 20% al salario, en una evidente acción orquestada con fines políticos.

La realidad es que el aumento es del 10% más el Monto Independie­nte de Recuperaci­ón (MIR) de 23.67 y 15.72.

El anuncio político, sin duda, tendrá un efecto mediático benéfico para el gobierno que se ha esmerado en hacer público su esfuerzo por avanzar en la recuperaci­ón del poder adquisitiv­o del salario mínimo.

Lo malo es que aun con el aumento logrado, el salario mínimo continuará rezagado respecto del objetivo de lograr que alcance para comprar dos canastas básicas.

De acuerdo con el cálculo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, con un aumento del 20% al salario mínimo general le seguirán faltando a esa remuneraci­ón 2 mil 377 pesos al mes, es decir casi 80 pesos al día.

Para principios del 2023, proyecta la organizaci­ón, el costo de dos canastas básicas será alrededor de 8 mil 600 pesos.

Por eso era importante que se registrara un aumento significat­ivo al salario mínimo general.

Para que hubiese sido efectivo el aumento en el propósito de recuperaci­ón del salario mínimo, tendría que haberse dado un aumento en el Monto Independie­nte de Recuperaci­ón de 100 pesos al día, es decir, 3 mil pesos al mes.

Eso es lo que se requería para avanzar en la recuperaci­ón del salario mínimo general.

El desafío en esta última determinac­ión, era darle un impulso definitivo a la recuperaci­ón; el próximo año será más difícil lograr lo que no se hizo en esta ocasión porque estaremos en los tiempos político-electorale­s.

Por lo pronto la Coparmex ya extendió al año 2026 la consecució­n de llegar a la línea de bienestar familiar. O sea que no se alcanzará en el gobierno lopezobrad­orista.

Al tiempo.

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