Los olores, las prendas, la caligrafía: el mundo árabe en la FIL Sharjahlajara
•Desde el café árabe y la caligrafía milenaria, ambas tradiciones reconocidas como patrimonio cultural por la UNESCO, hasta las esencias de la cultura árabe cautivan al público del encuentro editorial más importante de habla hispana
El pabellón de Sharjah en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara) está repleto. Así ha estado prácticamente todos los días desde su apertura.
El comité del emirato diseñó un pabellón con enormes muros como si se tratara de grupos de libros y una arquitectura perimetral con detalles arabescos. Sendos retratos monumentales del Sultán bin Muhammad Al-qasimi, emir de Sharjah y de Mohamed bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos y emir de Abu Dhabi, sobresalen en el stand del Invitado de Honor, reflejo del protocolo propio en Oriente Medio, un rasgo inusual en la FIL.
Tuvieron el acierto de instalar sillas, sillones, espacios habitables en toda la distribución, de manera que el público pueda aprovechar el pabellón como zona de descanso y, de paso, interesarse en alguno de los tantos elementos del abanico cultural que Sharjah ha llevado hasta la capital jalisciense o “Sharjahlajara”, como adelantó la Autoridad del Libro que rebautizaría a esta ciudad con su presencia.
El pabellón huele como huele la mayoría de los espacios en los Emiratos Árabes Unidos. Se han traído toda su cultura y el olor viajó consigo. Es un aroma agradable, una combinación de jazmín, sándalo, especias. Quizás sea un aromatizante comúnmente usado entre los emiratíes o es la mezcla de los olores de lo que habitan el pabellón, entre los perfumes que usa la delegación y los bocadillos y el café árabe que se convidan al público paseante, este último, símbolo de hospitalidad y elaborado con azafrán, cardamomo, clavo y canela, que lleva por nombre qahwah, que fue inscrito en 2015 en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
No es extraño percibir ese cúmulo de olores en cualquier espacio con presencia emiratí. De los árabes se dice que emplean cinco veces más perfumes y lociones que el resto del mundo. El Cairo, Sumeria, Alejandría: en vestigios de estos asentamientos milenarios se han encontrado los indicios más antiguos del uso cosmético de las esencias.
Entre mujeres no hay barreras
La battoulah es un tipo de máscara metálica, casi siempre dorada y algunas veces decorada con pedrería, que las mujeres profesantes del Islam, sobre todo en países del Golfo Pérsico, solían usar junto con el velo o hiyab para cubrir desde las cejas hasta la punta de la nariz. Ahora es menos común ver a las mujeres jóvenes del mundo árabe usar este objeto, pero en Sharjah todavía es posible ver a mujeres mayores portando la prenda, ocultando gran parte de su rostro.
Un grupo de artesanas en el pabellón portan battoulah e hiyab. Decoran pequeñas muñecas de tela que, explican, suelen elaborar las madres para sus hijas con sobrantes de los vestidos que ellas fabrican. También elaboran una especie de trenzas gruesas hechas de algodón que se usan como decoración del dishdasha, la túnica que visten los hombres, para darle mayor formalidad, estatus, a quien las porta. La riqueza cultural está en las sutilezas.
Ellas son también quienes preparan y comparten el café con la gente de una fila de curiosos que no para de crecer. Con fluido inglés conversan y comparten con mujeres mexicanas algunas de las prendas tradicionales emiratíes que exhiben, les permiten tocarlas, usarlas, incluyendo el battoulah, y tomarse fotografías, y se abrazan con ellas, no hay barreras físicas entre mujeres.
La presencia de Sharjah en México no es un choque de culturas, es la comunión de dos maneras de concebir el mundo, una con ganas de abrirse al mundo, ambas tan distintas entre sí pero hermanadas con la impronta de un abrazo.
Ninguna otra industria muestra mejor los valores de curiosidad e intercambio cultural que la industria editorial. El mundo del libro tiene una responsabilidad especial en la diplomacia cultural para el entendimiento”.
Jeque Fahim Al Qasimi,
PRESIDENTE DEL DEPARTAMENTO DE RELACIONES GUBERNAMENTALES DE SHARJAH.