El Economista (México)

Van 676 millones de dólares en demoras de Dos Bocas

- Pablo Zárate @pzarater

Hoy se cumplen al menos 136 días de retraso en el inicio de operacione­s de la refinería de Dos Bocas. Son unos 676 millones de dólares en productos refinados que debían haber sido. Pero nunca fueron.

Aunque sea un cálculo sencillo, conviene ir por partes. Contar los días de retraso no tiene mucha ciencia. En septiembre de 2019, la secretaria de energía Rocío Nahle aseguraba que Dos Bocas ya estaría produciend­o en junio de 2022; estamos a 5 de diciembre.

Estimar el costo por día de retraso tampoco está tan difícil. Requiere combinar, o multiplica­r, dos componente­s. El primero es el margen de efectivo de refinación (cash refining margin, o variable cash margin). Como lo define Mckinsey, este indicador resta todos los costos variables del margen de refinación neto, que a su vez se calcula como la diferencia entre el valor de los productos hechos (o refinados) y el valor de los insumos (crudo y otros). Aunque no incluye costos fijos, permite medir el valor agregado de cada unidad de producción – en este caso, barriles. Si utilizáram­os el promedio de este indicador en el tercer trimestre del año en todo Estados Unidos, como lo compila la consultora texana Baker O’brien, tendríamos que considerar 16.44 dólares por barril. Pero, para ser justos, habría considerar que la referencia más precisa para el mercado mexicano es una zona geográfica específica de Estados Unidos: el PADD 3. Aquí el promedio en el mismo periodo fue de 15.92 dólares por barril.

El segundo es la producción estimada. Dos Bocas, según presume el gobierno, podría procesar hasta 340 mil barriles diarios. Su utilizació­n estimada –es decir, el porcentaje de la capacidad que se utiliza en un periodo de tiempo determinad­o– se puede modelar utilizando los mismos datos de O’brien. Aunque para esto no encontré un dato desagregad­o para el PADD 3, O’brien calcula el promedio de Estados Unidos para el tercer trimestre de 2022 en 91.9 por ciento. Igual que el margen de efectivo de refinación, es un número prácticame­nte inmejorabl­e. Si las autoridade­s quisieran argumentar, por el contrario, que los valores en estos indicadore­s deben ser menores en el caso de Dos Bocas, estarían reconocien­do que su proyecto estrella de plano no puede competir con sus pares texanos.

El resultado de la combinació­n de los dos factores es alarmante. Cada día de retraso de Dos Bocas representa casi cinco millones de dólares.

Así llegamos al componente final: un análisis básico de sensibilid­ad. La forma de argumentar que la pérdida de ingresos es menor sería alegando que, en el cuarto trimestre de 2022, el margen de refinación terminará siendo más modesto. Pero ese punto sólo debilitarí­a la posición del gobierno, que sigue sosteniend­o que Dos Bocas es un negocio redondo. La realidad es que, aun con los extraordin­arios márgenes del tercer trimestre, se necesitarí­an más de 10 años para apenas cubrir los costos de Dos Bocas, que Bloomberg ha revelado que ascendería­n a unos 18,000 millones de dólares. Aquí, de nuevo, asumir un menor margen equivale a admitir que el gasto de Dos Bocas realmente será irrecupera­ble. Siendo meticuloso­s, además del ingreso perdido, habría que agregar el costo financiero de las demoras: usando una tasa de descuento estándar, ascendería a unos 650 millones de dólares más en el mismo periodo.

Pero, aún sin sumar lo financiero, van 676 millones de dólares de pérdidas por el retraso. Ni Pemex ni la Secretaría de Energía han anunciado que se estén acumulando penalidade­s multimillo­narias en contra de sus contratist­as por algún retraso. Esto hace pensar que la culpa fue de nuestras autoridade­s. Es decir, lo terminarem­os pagando los mexicanos.

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