Industria de la construcción no sale del bache, recuperación total sería hasta el 2025
•Tras la desaceleración en la producción de las constructoras en el periodo de agosto a octubre, se proyecta un crecimiento anual de 1 a 2%
La industria de la construcción no ha logrado superar su caída tras la crisis sanitaria del 2019. El encarecimiento de los materiales de construcción, las alzas en las tasas de interés y la falta de inversión en infraestructura, mantienen al sector en un bache del que podría salir hasta el 2025.
De acuerdo Ricardo Trejo, director general de la firma de servicios de información Forecastim, el Producto Interno Bruto (PIB) de la construcción se encuentra cerca de 10% por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia de Covid-19 y la tendencia negativa continuará, ya que se prevé que tendrá un nulo crecimiento al cierre del 2022, mientras que para el 2023, se anticipa una caída de 1 por ciento.
“No vemos una recuperación cercana, tenemos una industria estancada este año y con posibles indicadores negativos para el siguiente, lo que nos hace creer que podríamos ver los niveles prepandemia entre el 2024 y el 2025”, comentó Trejo.
Por su parte, Francisco Javier Solares Alemán, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), explicó que, en el caso de las empresas constructoras, se estima un crecimiento de 1 o 2% en producción a finales del 2022.
“Vemos una desaceleración de agosto a octubre, por lo que aspiramos a mantenernos con un aumento quizá de 1 o 2% (al final del año). Las constructoras estarían produciendo alrededor de 430,000 millones de pesos, cuando en el 2021 facturamos 421,000”, comentó en entrevista.
El presidente de la CMIC destacó que la recuperación de las empresas constructoras se ve afectada por el alza en precios de insumos, las repercusiones en el personal ocupado por la reforma de subcontratación y, principalmente, por la falta de inversión pública y privada.
Samuel Vázquez, economista principal de BBVA Research México, comentó que una de los factores que arrastran a la industria de la construcción, es la edificación residencial, la cual ha disminuido su participación en los últimos años.
“Durante la época del auge inmobiliario, en el 2007, la edificación residencial llegó a representar 60 o 65% dentro de la edificación, actualmente aporta entre 40 y 45%, el resto lo hace la edificación productiva como las naves industriales, centros comerciales, edificios para oficinas”, explicó Vázquez.
Inversión cae 2.6% anual
Desde el 2016, la inversión en construcción no ve su último incremento importante. Después de eso y con la llegada de la pandemia, el sector se mantiene sin una recuperación visible.
En agosto del 2022, el gasto en obras de infraestructura (carreteras, aeropuertos, hospitales, escuelas, vivienda, entre otros) se redujo 2.6% anual según Solares Alemán.
“La inversión pública para la construcción de infraestructura apenas alcanza 2% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, cuando se debería destinar entre 5 y 6%”, comentó el representante de la CMIC.
Para Solares Alemán, esto se conjuga con la desconfianza que existe en los empresarios para invertir, cuando sus recursos representan la fuente de financiamiento de 80% de las obras en el país.
Durante el décimo mes del 2022, la confianza empresarial del sector obtuvo una puntuación de 47.6 puntos y así ligar cinco meses por debajo del umbral de los 50 puntos, en terreno pesimista.
Si hay un factor que ha sido un salvavidas para el sector de la construcción ha sido la demanda de naves industriales, la cual ha dejado en niveles mínimos históricos de oferta a algunos mercados, como Tijuana y Ciudad Juárez.
Sin embargo, Solares Alemán resaltó que hay un tema de falta de energía que podría hacer que al país se le escape la oportunidad de atender a las empresas que buscan instalarse en el país.
Pese al panorama para la industria, la CMIC estima que el sector tendrá un crecimiento para el 2023, debido a una moderación en la inflación de la construcción.