Japón observa tres veces a Ucrania
Tokio. La guerra en Ucrania ha agregado un componente de sensibilidad a la sociedad japonesa. La geopolítica es, sobre todo, la ciencia de los mapas. Tres son los conflictos territoriales con los que el Gobierno japonés mantiene el pulso: con Rusia, Corea del Sur y China. El Museo Nacional de Territorio y Soberanía, ubicado en Tokio, dedica de manera pedagógica y a través de documentos históricos e información interactiva, tres explicaciones a profundidad sobre las disputas.
Las Islas Senkaku son siete islotes que no están habitados y que, durante muchos años, sirvieron a comerciantes japoneses como simple señalización marítima, pero también existieron pequeñas áreas industriales. Se encuentran ubicadas a 330 km de China y a 170 km de Taiwán.
En 1929 una embarcación china naufragó y Japón ayudó a salvar las vidas de los tripulantes. China agradeció a Japón el acto a través de un documento en el que reconoce la soberanía de las islas como japonesas. Nueve años antes, el cónsul de China en Nagasaki, envió una carta al Gobierno japonés en la que reconocía a las Islas Senkaku como parte de Okinawa en Japón. Fue hasta 1971 cuando China reclamó su soberanía. Dos años antes, un estudio de la Comisión Económica para Asia y el Lejano Oriente de las Naciones Unidas (ECAFE, por sus siglas en inglés) ubicó en el subsuelo acuático de las islas una importante zona petrolífera.
En 2008 dos buques del Gobierno de China penetraron en las aguas territoriales de Japón que rodean las Islas Senkaku.
Dos años después, un barco pesquero chino colisionó con una patrulla de guardacostas japonesa. Tras el incidente, buques del Gobierno de China penetraron en las aguas que rodean a las Islas Senkaku con mayor frecuencia.
Estados Unidos utiliza dos de las siete islas para llevar a cabo ejercicios militares.
En el segundo caso, Japón considera que Corea del Sur ha ocupado de manera ilegal la isla de Takeshima.
Ubicada a 211 km del país y a 217 km de Corea del Sur, Takeshima fue utilizada desde el siglo XVII como puerto de escala y como un islote para capturar focas. En enero de 1905, Japón incorporó la isla Takeshima a la prefectura de Shimane, reafirmando su soberanía de la isla, luego de que habitantes de las islas Oki solicitaran la regulación de las actividades de la caza de focas.
Después de la ocupación estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, el 8 de septiembre de 1952 fue firmado el Tratado de Paz de San Francisco. Estados Unidos regresaba la soberanía del territorio a Japón. Fue en ese momento en el que Corea del Sur pidió a los estadounidenses la soberanía de la Isla de Takeshima, la solicitud fue rechazada.
Al inicio de ese año, Corea del Sur estableció la denominada “Línea Syngman Rhee” en aguas internacionales y, unilateralmente, ocupó Takeshima. Japón asegura que lo hizo en contravención del Derecho Internacional.
En tres ocasiones, 1954, 1962 y 2012, Japón le ha solicitado a Corea del Sur llevar el caso a la Corte Internacional, peticiones rechazadas por Seúl.
Finalmente, con Rusia existe un conflicto no resuelto desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Las islas Kuriles son reclamadas por Japón. En particular cuatro de ellas: Kunashir, Shikotan, Iturup y Habomai. Japón apela a un tratado firmado en 1853 para demostrar su soberanía de las islas. Stalin declaró la guerra a Japón en 1945 y en esas islas vivían 17,000 japoneses. Fueron expulsados.
La entonces Unión Soviética aseguraba que no había ningún problema con la soberanía de las islas hasta que llegó al Kremlin Mijaíl Gorbachov quien inició pláticas con el Gobierno japonés. En 2013 los presidentes Putin y Abe hablaron sobre la anomalía, pero al día de hoy, ambos países continúan técnicamente en guerra.
Lo que ocurre en Ucrania preocupa al mundo, y Japón también tiene fichas por resolver sobre el tablero geopolítico.
¿Cuándo y cómo se resolverán los tres casos?