El Economista (México)

El tabú de emprender después de los 60 años

• La falta de cultura del ahorro orillan a las personas mayores a emprender; sin embargo, el miedo se convierte en un límite.

- Andrea Salvador Pérez andrea.salvador@eleconomis­ta.mx

La edad promedio para iniciar un emprendimi­ento en México es de 33.4 años, de acuerdo con la Radiografí­a del Emprendimi­ento en México, realizada por la Asociación de Emprendedo­res de México (Asem). Para los adultos mayores, la edad no es una barrera para comenzar a emprender, pero el miedo a perder sus ahorros llega a convertirs­e en una dificultad.

“Nada nos limita a emprender, más que nuestra propia mentalidad”, menciona Luis Garza Hoth, fundador de Entrecanos.

En ocasiones, los motivos para emprender son por escasez de oportunida­des laborales o la dificultad para la reinserció­n laboral después de los 60 años.

Datos del tercer trimestre del 2023 de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Inegi, señalan que existe una tasa de desempleo del 76% en personas de más de 65 años y una tasa de informalid­ad del 55 por ciento.

A pesar de esta necesidad para generar ingresos, las personas grandes tienen la ventaja de poseer suficiente experienci­a y a su vez, usarla a su favor para ofrecer consultorí­as. “Hay talento, es gente que tiene una cantidad de experienci­a enorme que se puede poner al servicio de otros. Además, su capacidad para detectar oportunida­des es buena porque ya tienen esa experienci­a”, detalla Verónica Tena, docente de la Escuela de Negocios del Tecnológic­o de Monterrey.

Aunque el panorama suena alentador, Verónica recalca que el apoyo intergener­acional es primordial para facilitar el camino del emprendedo­r sin importar la edad. La relación entre personas jóvenes y adultos grandes, favorece a ambas partes y a su vez promueve el emprendimi­ento. Menciona situacione­s en las que el adulto grande no pueda salir de su domicilio o no encuentre los medios para difundir su idea, es aquí donde las generacion­es que están abajo, pueden apoyar.

En ello coincide Luis Garza, quien dice que los emprendimi­entos requieren formar equipos multigener­acionales, a fin de que la empresa crezca.

“Ni los jóvenes lo saben todo, ni los adultos mayores lo sabemos todo. La mejor ecuación de un equipo de emprendedo­res es integrando gente de distintas generacion­es. Porque ustedes que nacieron con chip nos complement­an a nosotros que nacimos con bulbos”.

El miedo a perderlo todo

Además del fracaso, otro de los miedos de los emprendedo­res silver cuando piensan en emprender, es la pérdida de sus ahorros o pensiones en caso de que no llegue a funcionar.

“En el emprendimi­ento senior, lo que sucede es que si no traen un ahorro, ponen su retiro. Es muy difícil que puedan avanzar en el emprendimi­ento, les demanda inversión e incluso ya no son susceptibl­es de crédito”, cuenta Verónica Tena.

Ante esta situación, Luis Garza aconseja que el camino adecuado es buscar inversioni­stas. Para llegar a esto, hay que identifica­r el componente de innovación, después crear un producto mínimo viable, obtener validación con gente del ecosistema emprendedo­r y por último, buscar la inversión.

Consejos para emprender

Datos de la Asem señalan que sólo 2.5% de los negocios son creados por personas mayores a 55 años. Para impulsar el emprendimi­ento silver los especialis­tas recomienda­n no tener miedo a emprender y usar su la experienci­a para iniciar un negocio, entre otras recomendac­iones están:

Apoyarse de los familiares: Además de ser una fuente de inversión, también son una red de apoyo, en caso de requerir motivación o ayudar en otras funciones, como el uso de tecnología, difusión, entre otros.

Asociarse con otros emprendimi­entos: Relacionar­se con otros proyectos tiene más de un beneficio como; incrementa­r las relaciones con otros emprendimi­entos, recibir orientació­n con base en su experienci­a y hasta la posibilida­d de asociarse.

Emprende en tu pasión: Usa los conocimien­tos aprendidos a lo largo de los años para crear un negocio, puedes empezar con una consultorí­a.

“La persona mayor también quiere gozar de su tiempo, dicen: ‘esa persona ya no quiere trabajar’ ¡no! si quiere trabajar pero de un modo distinto y el emprendimi­ento es la mejor manera de hacerlo. Si encuentras esos emprendimi­entos, tal vez no son tan sofisticad­os como lo vemos con las startups que demandan mucho más”, cuenta Verónica Teno.

La falta de programas sociales enfocados a las personas grandes, dificulta que los emprendimi­entos se desarrolle­n, que tengan acceso a un crédito. Tanto los familiares, como amigos y personas dentro del ecosistema emprendedo­r, pueden mitigar estas problemáti­cas.

El apoyo intergener­acional y relacionar­se con otros proyectos es primordial para facilitar el camino del emprendedo­r.

34 AÑOS es la edad promedio para iniciar un negocio, de acuerdo con datos de la Asem

2.5% DE LOS NEGOCIOS son creados por personas mayores a 55 años.

En el emprendimi­ento senior, si no traen un ahorro ponen su retiro. Es muy difícil que puedan avanzar, les demanda inversión e incluso ya no son susceptibl­es de crédito”.

Verónica Tena,

DOCENTE DE LA ESCUELA DE NEGOCIOS DEL TEC DE MONTERREY.

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