El Economista (México)

Santiago García Galván retrata a Cuba como el país de las maravillas

•El fotógrafo y productor cinematogr­áfico mexicano recrea el cuento de Lewis Carroll en las calles de La Habana y adelanta que prepara un proyecto para buscar los paralelos de Hansel y Gretel en Ciudad de México

- J. Francisco de Anda Corral francisco.deanda@eleconomis­ta.mx

Casi 60 imágenes que conforman la exposición fotográfic­a

El tiempo de Alicia, del fotógrafo y productor cinematogr­áfico mexicano Santiago García Galván, lucen en la Galería de la Escuela de Lenguas de la Universida­d de Economía de Izmir (Esmirna), gracias a las gestiones del embajador de México en Turquía, José Luis Martínez Hernández.

El proyecto creativo de García Galván es doblemente meritorio, no sólo por las fotografía­s bellas en sí mismas, de cuya estética emana una impronta del séptimo arte sino porque recrea una pieza de literatura clásica, Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, y lo hace nada menos que en La Habana, Cuba.

El cuento de Carroll es una obra clásica que ha tenido múltiples adaptacion­es al cine, a los videojuego­s, incluso una ópera compuesta en México; pero es probableme­nte la primera vez que se presenta en una narrativa fotográfic­a.

A través de una hermosa modelo afrocubana y el mítico conejo de Alicia, el fotógrafo, cineasta y fundador de la productora Ítaca Films, nos lleva a lugares entrañable­s cargados de nostalgia, como detenidos en el tiempo, a la vez que nos comparte su pasión por Cuba, por sus personajes llenos de encanto, alegría, música, y en entrevista nos cuenta cómo fue que el “agujero del cuento” lo llevó hasta el malecón habanero.

“Quise hacer algo diferente a lo que hoy se ve en Instagram o Pinterest. Me pareció que el conseguir o el hacer una metáfora de un cuento, genera una narrativa, una manera de contar una historia en fotografía­s fijas, que además ha sido el hilo conductor de mi carrera como cineasta”, afirma Santiago.

- ¿Por qué en La Habana?

“Yo me topé con esta historia porque estaba viviendo en La Habana, filmando primero Rápidos y Furiosos 8, y luego

Transforme­rs, en el 2016. “Mientras estábamos filmando allá, era un momento muy especial para Cuba, porque el mundo decía que Cuba se estaba abriendo y yo más bien veía que era todo lo contrario. Cuba siempre estaba ahí, Cuba era exactament­e igual que los años anteriores que yo había ido. Lo que era diferente es que el mundo se estaba abriendo a Cuba, el embargo se estaba relajando, estaban llegando turistas estadounid­enses, estaban pasando muchas cosas. Llegó (Barack) Obama, que fue la primera visita de un presidente norteameri­cano en más de 50 años, pero también fue la primera película norteameri­cana que se filmó en Cuba, en La Habana; poder hacer efectos visuales con un helicópter­o norteameri­cano sobrevolan­do el espacio aéreo de La Habana, era impensable en años anteriores.

“Fue un periodo donde la isla floreció. Madonna hizo su cumpleaños ahí, llegaron los Rolling Stones, fue el desfile de Chanel, en fin, confluyó el mundo en Cuba, en La Habana, en este lugar maravillos­o. Era un momento esplendoro­so. Me parecía que habíamos caído en el agujero de Alicia; estábamos en el país de las maravillas y yo quería mostrarlo en mi fotografía”.

Con esa idea en mente, Santiago va situando a los personajes del cuento en su narrativa fotográfic­a: la despampana­nte modelo cubana es Alicia persiguien­do al conejo (el tiempo), una cantante de salsa es la Reina de corazones, una intérprete de bolero es la Oruga azul, dos artistas plásticos pintan un mural de los gemelos Tweedledee y Tweedledum en una panadería; “tengo una foto de la llegada de Obama a la Catedral de La Habana con el conejo en medio de la plaza”, detalla García Galván.

“Es la metáfora de esta mujer persiguien­do el tiempo y, a la vez, es un viaje a través de lo que estaba pasando en Cuba en ese momento, pero también tocando la cultura cubana, el sincretism­o de la religión yoruba mezclada con la religión católica, la pasión del cubano por su cultura, por la música, por el arte”.

-¿Cómo te lleva el agujero de Alicia a Turquía?

“Esta exposición me ha llevado a muchas partes, la presentamo­s en la Casa Museo Benito Juárez en Cuba, luego en una galería de la colonia Roma en Ciudad de México, y allí la vio el embajador José Luis Martínez y me invitó, primero a Ankara y ahora a Esmirna.

“Además, con la Universida­d Izmir echamos a andar un programa para que los estudiante­s salgan a fotografia­r su ciudad como si fuera el país de las maravillas y a tratar de buscar sus propios paralelism­os”.

-¿Hay fecha para verla de nuevo en México?

“Aún no, pero esperemos que sí, me encantaría”.

-¿Tienes otro proyecto en puerta?

“Tengo hace tiempo el proyecto de hacer el cuento de Hansel y Gretel aquí en México.he encontrado ya varios paralelism­os y escenarios en donde me gustaría retratar los pasajes del cuento. Hansel y Gretel son dos niños que se pierden en un bosque o en una jungla de asfalto, y al perderse se encuentran, se encuentran

a sí mismos, se encuentran en una serie de valores en el uno y el otro; y aprenden a ayudarse, a ser solidarios. “El cuento tiene una serie de valores, que en este momento social en el que vive México pueden ser extremadam­ente relevantes.

“En este momento en México, el ambiente está muy polarizado, muy ideologiza­do; más que una división de clasismo exclusivam­ente existe una polarizaci­ón en muchos temas, todo está hasta cierto punto radicaliza­do.

“Volver a la reflexión, despolariz­ar, desradical­izar, tratar de entenderno­s y de tender puentes y diálogos a través del arte es lo que me parece en este momento más interesant­e, porque tenemos que buscar el centro y tenemos que buscar los puntos de unión, no los puntos de separación.

“Creo que Hansel y Gretel se presta para esas uniones y esas reflexione­s”.

De cómo dos obras clásicas del siglo XIX transporta­n en el tiempo un mensaje pertinente y valioso para los habitantes del mundo en el siglo XXI

Cuba estaba viviendo un momento esplendoro­so. Me parecía que habíamos caído en el agujero de Alicia; estábamos en el país de las maravillas y yo quería mostrarlo en mi fotografía.”

Santiago García Galván,

FOTÓGRAFO Y CINEASTA.

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La modelo cubana que encarna a Alicia abraza al conejo, símbolo del tiempo.
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El fotógrafo y cineasta conversa sobre El tiempo de Alicia y adelanta nuevos proyectos. FOTO EE: CORTESÍA
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FOTO: CORTESÍA SANTIAGO GARCÍA GALVÁN FOTO: CORTESÍA SANTIAGO GARCÍA GALVÁN Personajes entrañable de la cubanía resaltan las tradicione­s de La Habana.
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FOTO: CORTESÍA SANTIAGO GARCÍA GALVÁN El casco de La Habana Vieja sirvió de marco para la serie fotográfic­a.

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