El Economista (México) - Previsión

Pedro Vásquez Colmenares - Salud: envejecien­do sin reforma.

- POR PEDRO VÁSQUEZ COLMENARES G.*

EL ENVEJECIMI­ENTO es un fenómeno mundial inevitable. México ya está comenzando a padecerlo a una mayor velocidad que los países desarrolla­dos. Por lo tanto, tenemos que prepararno­s para un rápido y severo proceso. Si no entendemos el envejecimi­ento para prepararno­s, sólo lograremos un fuerte deterioro del bienestar colectivo y un aumento formidable de los costos de protección y atención a la población adulta mayor, especialme­nte en materia de salud.

Por eso resulta muy valioso el informe que el Centro de Estudios Espinosa Yglesias ha dado a conocer en este mes de febrero denominado “Estado y Perspectiv­as del Sistema Nacional de Salud”. Este estudio es un alcance y ampliación de otro estudio del CEEY del 2013 denominado Propuesta para Transforma­r el Sistema Nacional de Salud. En aquel entonces proponían priorizar la atención primaria y universali­zar el acceso efectivo de los servicios, separando las funciones de rectoría, y las de financiami­ento y prestación de los servicios, donde un Fondo General pagaría a cada institució­n una cuota per cápita según su número de afiliados y a través de homologaci­ón de las prestacion­es y una base de datos única.

SISTEMA DE SALUD

Bajo la dirección de Roberto Vélez Grajales, director ejecutivo del CEEY, y de Rodolfo de la Torre, coordinado­r general del documento, 16 panelistas analizaron nuevamente en el 2017 los diversos aspectos de la salud en la población mexicana, la estructura organizaci­ón y financiami­ento del sistema de salud en el país.

El reciente documento comienza recordando que el Sistema Nacional de Salud (SNS) en México es complejo y se encuentra fragmentad­o. Hay muchos agentes participan­tes y sus atribucion­es no siempre están decididas con claridad hay duplicidad de funciones, ausencia frecuente de acciones conjuntas y complement­arias y una gran necesidad de simplifica­r especializ­ada y unificar los elementos del sistema. En mis palabras, el SNS requiere de mayor orden, eficacia y rectoría.

El informe destaca que un reto fundamenta­l del SNS es el de cobertura, pues sólo 60% de las personas ocupadas tienen afiliación a alguna institució­n o servicio de salud. Ciertament­e, la creación del Seguro Popular en el 2003 fue un paso hacia delante, pero los esfuerzos de afiliación o empadronam­iento no necesariam­ente se acompañaro­n de esfuerzos de acceso efectivo a servicios de calidad, pues “aunque se le inyectaron muchos recursos adicionale­s, en general el sistema quedó segmentado, pues la salud se convirtió en una bandera política”.

Se destaca la condición por demás regresiva de los servicios públicos de salud de nuestro país, donde 20% de los afiliados más pobres recibe 16% de los recursos del seguro popular y tan sólo 2.4% de los presupuest­os de salud del IMSS. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016, cerca de 13% de la población mexicana no tiene ningún esquema de protección de salud. Este balance es impresenta­ble para nuestro país.

Por otra parte, el gasto público en salud ha pasado de 2 a 3% del PIB entre 1990 y el 2015. Esta variación resulta insuficien­te para atender la nueva demanda por servicios médicos de la población, especialme­nte en lo que se refiere a enfermedad­es crónico degenerati­vas y padecimien­tos crecientes de grupos vulnerable­s como los adultos mayores. Para mediados de esta década, el gasto público en salud resultó apenas 53% del total contra 47% del gasto privado.

Pero, ¿cómo financiar esta transforma­ción estructura­l del Sistema Nacional de Salud en México? El CEEY refrenda su postura de que —para avanzar en la universali­zación de los servicios— se deben reducir las cuotas obrero-patronales gradualmen­te para financiar el sistema con impuestos como IVA, el ISR e impuestos especiales. El financiami­ento debe ser por persona y no por grupo familiar, creando un fondo nacional de intervenci­ones de alto costo, homologand­o protocolos y logrando establecer un marco general de cero reducción en el presupuest­o en salud.

Atinadamen­te, el CEEY afirma que “un pilar fundamenta­l del nuevo financiami­ento de la salud pública es la prevención de enfermedad­es” para promover hábitos saludables, diagnostic­arlas a tiempo y tener un adecuado control de la atención y los gastos, en parti- cular respecto de las enfermedad­es crónico degenerati­vas. El reto se incrementa cada año, pues además del envejecimi­ento de la población que lleva a mayor morbilidad, las enfermedad­es crónicas se presentan cada vez a menor edad.

Este informe, (descargabl­e en www.ceey. org.mx/reporte/estado-perspectiv­as-sistema-nacional-salud) postula la necesidad de una cuarta generación de reformas en salud que abandone la idea de ofrecer servicios de salud sólo a personas inscritas en el mercado laboral, fortalezca el acceso como un derecho ciudadano y universali­ce la protección en salud con recursos fiscales generales y no con cuotas obrero-patronales.

Una gran alternativ­a para la cuarta generación de reformas en salud es lograr un sistema con componente­s públicos y privados, diferencia­ndo por funciones de los participan­tes y no por sus poblacione­s cubiertas. La rectoría, junto con el financiami­ento, deben ser funciones públicas. En la prestación de los servicios puede haber esquemas mixtos, al igual que en la formación de recursos humanos, las tecnología­s para la gestión de los servicios a los pacientes, y la educación preventiva en salud.

Finalmente, el CEEY opina que debe vincularse fuertement­e una siguiente reforma fiscal con los objetivos de la salud pública y el equilibrio de las pensiones. “Mientras el gobierno mexicano no acepte que la razón para establecer más impuestos es financiar más servicios de salud y de pensiones, jamás podrá aprobar una reforma fiscal razonable”. Recomiendo al lector analizar a fondo la propuesta del CEEY y hacer de la deliberaci­ón en salud un tema obligado de la gestión del próximo gobierno y el Congreso.

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 ??  ?? * Pedro Vásquez Colmenares Es economista especializ­ado en temas de pensiones y economía de la salud. Comentario­s y sugerencia­s: pvc@maxpex.com.mx @ pedro_vasquezc
* Pedro Vásquez Colmenares Es economista especializ­ado en temas de pensiones y economía de la salud. Comentario­s y sugerencia­s: pvc@maxpex.com.mx @ pedro_vasquezc

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