¿Riesgo u oportunidad?
Modelo económico agotado
El triunfo de Donald Trump ha traído para México y para el mundo escenarios negativos e incluso catastróficos. Paradójicamente han surgido no pocas voces “optimistas” acerca de la oportunidad ante su llegada y la implementación de su política migratoria y comercial.
El impacto de su triunfo ha llevado a reflexiones profundas, que van a la raíz de un sistema global: la democracia y su declive en términos de resultados y representatividad; los saldos del neoliberalismo y la globalización en términos de pobreza y desigualdad; el regreso de un nacionalismo; así como la prevaleciente corrupción e impunidad sin freno. Estos elementos son, sin lugar a dudas, las afrentas a las que la ciudadanía de diferentes partes del mundo reacciona llevando al poder al populismo y a “alternativas” antisistema.
México no ha sido capaz de hacer frente a sus propios demonios internos, a los que sumamos a los ya mencionados la inseguridad, la violencia y la guerra contra las drogas y debe reaccionar de manera inmediata a la amenaza exterior.
Sin poder poner orden en casa, ahora debe reaccionar (y rápido) ante la inminente presión demográfica en la economía nacional que traerá, según coinciden los expertos, un incremento en la pobreza
Opine usted: @Samuel Aguilars
Es un momento oportuno para repensar en otro modelo económico que nos permita salir de la crisis en la que hemos estado sumidos.
y ruptura del tejido social.
La oportunidad en términos de una nueva geopolítica es innegable, la pregunta es si esta administración ha mostrado la visión y el apoyo social para anticiparse y leer los nuevos paradigmas. La ciudadanía (igual que en otras en el mundo) hace patente su hartazgo en contra de las élites políticas, y éstas nos muestran cada día un nuevo escándalo vergonzoso de que su trabajo se ha centrado en el interés personal, en la corrupción y la impunidad.
La oportunidad para México va más allá del 2018, las nuevas formas de hacer política pasan por comprender que el modelo de desarrollo económico se ha agotado y el vínculo con la sociedad se ha roto.
Debemos partir por reaccionar a los nuevos tiempos; la globalización ha traído entramados que no pueden cortarse ni siquiera por un dictador. Los vínculos comerciales traen a más actores a escena que sin duda pelearán porque prevalezcan sus ganancias y también sus privilegios, por ello es un momento oportuno para repensar en otro modelo que permita salir de la crisis en la que hemos estado sumidos.
Nuestra principal fuente de ingresos, el llamado “oro negro” se agota, y las remesas dejarán también de ser una fuente importante de recursos para el desarrollo nacional (o la básica subsistencia para algunos). En su poema de “La Suave Patria”, Manuel López Velarde decía: “el niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo”… y eso ya se terminó, pero ahora también se agudiza el problema si se abre el TLCAN.
¿Cómo se debe ver el vaso, medio lleno, o medio vacío? Eso dependerá de las políticas públicas y de la capacidad de reacción, que hasta hoy, debemos decirlo, no ha mostrado el actual gobierno, por ello urge hacer un planteamiento serio, integral que en esta coyuntura nos lleva a un nuevo proyecto de desarrollo nacional.