Trump y su proteccionismo
La amenaza proteccionista de Donald Trump (DT) para México es real; sin embargo, en la práctica no será fácil deshacer la profunda integración comercial y financiera existente, sin que ello implique importantes costos para la economía de EU; tampoco será factible hacerlo por la oposición de las empresas que se afectarían en ambos lados de la frontera, ya que no se quedarían con los brazos cruzados. DT es esencialmente un hombre de negocios, su ímpetu anticomercio ha sido en buena medida una expresión para ganar votantes.
La afirmación de DT de que al asumir su mandato iniciará los trabajos para reformar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que está vigente desde 1994 con México y Canadá, para favorecer a los intereses de EU y a sus trabajadores, ha creado inquietud en el gobierno y en el sector empresarial de México; en este ámbito, se debe tener presente que la necesidad de actualizar el TLCAN se justifica porque éste en su conjunto ha perdido competitividad frente a otros bloques y ello se ha reflejado en pérdida de su participación en el comercio mundial de 20% en 1994 a 15% en el presente. El TLCAN debe ser reevaluado por sus miembros como una región integrada para poder enfrentar a terceros. La actualización del TLCAN podría representar beneficios para México si se incluye al sector energético, el comercio electrónico y la movilidad de la mano de obra, entre otros rubros que no fueron considerados cuando entró en operación.
Por otra parte, el anuncio de DT en cuanto a su rechazo a la ratificación del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TTP) que signaron 12 países este año, entre ellos México y que tienen que aprobar sus respectivos Congresos, sí tendrá efectos negativos en México y en los otros integrantes, en virtud de que se consolidará el dominio comercial de China, que frecuentemente acude a prácticas injustas. Sin EU en el TPP y aun con su ratificación de los 11 países restantes (aparentemente el Congreso de México la hará) para que entre en vigor se tendría que modificar la cláusula que condiciona este acuerdo a la aprobación de los países miembros que generan el 85% del PIB de la totalidad de los firmantes; “llegar a este punto dependerá de la decisión autónoma que tome cada una de las naciones consideradas en el bloque comercial”. En este ámbito, la alternativa más conveniente para México sería la negociación bilateral con los países asiáticos, proceso que será largo. LEÓN OPALÍN
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