CARLOS MOTA
ESCRITORIO DE NEGOCIOS
Singapur.– En una carta fechada el 8 de febrero pasado, y con una vehemencia pocas veces vista en un jefe de Estado, el Primer Ministro de Singapur Lee Hsien Loong escribió que, debido a que el “mundo atraviesa por un gran período de incertidumbre”, su gobierno aceptaba “todas las estrategias” que acababa de proponerle el Comité del Futuro de la Economía (compuesto por empresarios, sindicatos, estudiantes, académicos, funcionarios), e invitaba a todos a afrontar las pérdidas de los proyectos que no funcionen.
Viviendo en México, algo así parece imposible: que un comité multisectorial revise el estado de la economía, y emita recomendaciones que el gobierno se obligue a ejecutar, es un ejercicio que pone en ventaja a una nación, porque el diseño de las políticas públicas emana de la gente, no de un grupo pequeño en el poder.
Pero en Singapur lo acaban de lograr. En el reporte “Pioneros de la Siguiente Generación”, el Comité ha “estudiado las tendencias globales y re-examinado el modelo y las premisas operativas de Singapur”. Al leerlo uno tiene la impresión de que es una especie de plan de negocios para el país entero, donde toda la gente está dispuesta a embarcarse en una aventura incierta, pero con conocimiento y fe: “Desconocemos qué industrias son las que triunfarán. Lo que sí sabemos es que Singapur debe defender la apertura comercial, el talento, las ideas, y desarrollar sus capacidades”.
El documento tiene 7 estrategias específicas para que Singapur navegue en el futuro. Las recomendaciones específicas por estrategia son oro molido. Por ejemplo, se pide al gobierno que establezca una oficina para ayudar a las empresas a valorar sus bases de datos “como si fueran un activo”. También pide al gobierno que establezca laboratorios conjuntos para la “analítica de datos” y que integre las habilidades para la ciberseguridad en los servidores públicos que son parte del servicio civil de carrera.
El reporte contiene una lista muy atractiva de actividades a realizar: pide desarrollar un plan maestro para el subsuelo de la ciudad; elevar el nivel de lujo de la Ave. Orchard Road para que la experiencia de compras y turismo en ella sea distintiva; diseñar mapas de transformación para cada industria; permitir que las empresas Fintech tengan una regulación ad hoc; fortalecer el sistema fiscal para que tenga un carácter pro-crecimiento…
El Comité cree que con estas estrategias Singapur crecerá entre 2 y 3 por ciento anualmente durante la siguiente década. Sin embargo, este resultado en el PIB “medirá únicamente la actividad económica dentro de nuestras fronteras, y no reflejará el tamaño del éxito que tendremos”.
Hace 40 años Singapur era un país del “Tercer Mundo”.