“El dinero no da felicidad, sobre todo si es poco”
El título de esta columna responde a la irónica percepción que tenemos de la riqueza. Con frecuencia se refieren al “cochino” dinero, para luego quejarse de la “tanta falta que hace”.
Lo anterior se refleja en la encuesta nacional levantada por El Financiero y que publicó la semana pasada con la nota “Mexicanos creen que el dinero es importante… pero causa problemas”. Los resultados inducen a la reflexión, porque pueden ser avalados por análisis científicos.
Casi ocho de cada 10 personas piensan que el dinero echa a perder a la gente. Esto está sustentado por uno de los gurús de la investigación de la Felicidad, Richard Layard. En su libro “Happiness” afirma que el estándar de vida es parecido al alcohol o a las drogas.
Una vez elevado, es necesario seguir ascendiendo, si se desea sostener la satisfacción, como si fuera un vicio. Lo primero que me viene a la mente son esas imágenes de financieros acusados de fraudes multimillonarios y los muchos políticos que han robado cantidades ridículamente altas.
De forma paradójica, cerca de la mitad de los encuestados por El Financiero, consideraron que el dinero es muy importante. Y tiene sentido, porque se requiere un mínimo para cubrir las satisfacciones básicas y de trascendencia.
De hecho, otro estudio en el que participó el Premio Nobel Daniel Kahneman y Angus Deaton, de Princeton University, descubre que las personas con ingresos por arriba de los 75 mil dólares anuales dejan de añadir felicidad.
Este monto tiene un grado de subjetividad y bien podría ser una pregunta para cada uno de nosotros: ¿con qué ingreso estaríamos satisfechos? La lógica es que dependerá del nivel socioeconómico, aunque si se convierte en una “droga” nunca habrá saciedad.
Otro dato interesante de la encuesta de El Financiero es que el 65 por ciento estuvo de acuerdo con la frase: “tener dinero trae más problemas que beneficios” y esto también es muy cierto, porque implica administrar la riqueza, sufrir la envidia de los demás, inseguridad e incluso un alto apego que puede conducir hasta el desajuste mental, como ha sucedido en las crisis en las que hay suicidios y fraudes.
La administración de nuestros recursos es el camino para cumplir sueños y aspiraciones, para alcanzar una mayor bienestar. Es decir, es un instrumento y no un fin en sí mismo.
Te invito a pensar en cinco cosas que quisieras obtener y con seguridad detrás de ellas habrá un requerimiento económico.
El cómico estadounidense Groucho Marx resumió este conflicto de intereses en una frase: “¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!”.