Las cosas no van bien para Neymar y el Barcelona
El jugador brasileño y el club español irán a juicio por cargos de corrupción
El Barcelona se ha visto implicado en problemas legales por la transferencia de Neymar desde 2013. Sandro Rosell renunció como presidente del club un año después por su participación en el caso y testificó ante la justicia en febrero junto al actual mandamás, Josep María Bartomeu, el delantero y su padre.
La Audiencia Nacional de España rechazó el último recurso de apelación presentado por el futbolista, quien deberá enfrentar un juicio por cargos relacionados con su transferencia.
El conjunto catalán, el club brasileño Santos y una empresa operada por los padres del jugador brasileño han agotado también su última apelación e irán a juicio, tras una querella interpuesta por un grupo de inversionistas brasileños, el cual señaló que se le había pagado una compensación menor a la que correspondía, debido a que parte de la cuota desembolsada por la transferencia fue ocultada por los involucrados.
El caso deriva de una denuncia del grupo de inversión brasileño DIS, que poseía el 40 por ciento de los derechos de transferencia de Neymar y que afirma que recibió menos dinero del que tenía derecho cuando fichó por el Barça, ya que el club azulgrana ocultó la tasa real.
La fiscalía ha solicitado una sentencia de dos años de prisión y una multa de casi 10 millones de dólares para el delantero y su padre, por cargos de corrupción. Sin embargo, es improbable que vayan a la cárcel si se les declara culpables, pues no tienen antecedentes penales.
Asimismo, la parte acusadora exige una multa de unos 9 millones de dólares para el Barcelona y otra de 7 millones para Santos.
El club español llegó en junio a un acuerdo con la fiscalía para resolver un caso separado y pagó una multa de 5.5 millones de euros, evitando el juicio por cargos de evasión de impuestos sobre el fichaje.
Al confirmar que procede el juicio, la Audiencia Nacional rechazó un argumento expuesto por Neymar, quien dijo que no revisó las condiciones en que se realizó su traspaso, pues tenía “confianza” plena en su padre, quien funge también como su agente.
“La firma estampada en los contratos es en nombre propio la del jugador”, destacaron los magistrados.
De acuerdo con la Audiencia, esa justificación es comparable a la que esgrimió sin éxito Lionel Messi, condenado a 21 meses de prisión en 2016 por la evasión de 4.1 millones de euros en impuestos.
Redacción