El Financiero

Y nuestro peso sigue subvaluado

- ENRIQUE QUINTANA Opine usted: enrique. quintana@ elfinancie­ro. com.mx Twitter: @E_Q_

Desde hace semanas, la cotización del peso frente al dólar ha dejado de ser motivo de angustia.

Ayer por la tarde, la paridad se ubicaba en 18.68 pesos y poco a poco nos acercamos a los niveles previos a la elección del 8 de noviembre.

Sin embargo, así se quede en el nivel en el que está el precio del dólar o aun si baja un poco más, estamos en los niveles reales más débiles en toda la historia reciente.

Hagamos un ejercicio que nos obliga a ver el largo plazo. Pensemos por un momento que la paridad de 12.50 que existía en diciembre de 1970 era una paridad de equilibrio del peso frente al dólar.

A finales de 1976, la paridad debiera haber sido de 19.57 pesos.

Apenas la devaluació­n de 1976 pudo equilibrar las cosas. El dólar cerró ese año en 20 pesos, lo que implicaba una subvaluaci­ón de poco más de 2 por ciento.

Con López Portillo, volvimos a acumular tensiones.

Al cierre de 1981 la paridad de equilibrio del peso frente al dólar era de 34.43 pesos y en nivel efectivo era de 26.20 pesos. Se justificab­a una devaluació­n de 31 por ciento.

La realidad es con la devaluació­n de 1982, a agosto de ese año, la paridad ya estaba en 69.50 pesos.

El mayor declive del peso vino en el sexenio de Miguel de la Madrid.

A la mitad de esa administra­ción, en diciembre de 1985, la paridad estaba en 368.50 pesos, pero el nivel de equilibrio ya era de 426.30 pesos.

Las cosas habían empeorado al final del sexenio. La paridad efectiva, congelada por el Pacto, quedó en 2 mil 810 pesos por dólar mientras que la de equilibrio estaba en 3 mil 37 pesos.

Es decir, gracias al Pacto, el peso terminó incluso sobrevalua­do en 8 por ciento en el sexenio de Miguel de la Madrid.

Para noviembre de 1994, al término del sexenio de Salinas, y tras quitarle tres ceros al peso, se cerró en 3.45 pesos por dólar. La paridad teórica en ese entonces era de 3.80 pesos por dólar (siempre usando la referencia de 1970).

Es decir, debimos haber tenido una depreciaci­ón del peso de alrededor de 10 por ciento.

La sobrerreac­ción de los mercados condujo a una devaluació­n de 121 por ciento en el primer año de Zedillo.

Con la apreciació­n del peso posterior, terminamos el sexenio con un dólar a 9.40, cuando la paridad teórica debió haber sido de 10.20 pesos.

Al término de la etapa de Zedillo, arrastrába­mos una apreciació­n real de alrededor de 8 por ciento.

Finalizand­o el sexenio de Fox, la paridad de equilibrio estaba en 11.85 pesos. La paridad efectiva estuvo en 11.04. La apreciació­n real estaba en 6.8 por ciento.

Con la crisis de 2008-09 de por medio, la paridad llegó al final del sexenio de

Calderón a 13.03. El nivel de equilibrio era de 12.85.

Es decir, para entonces, había una sobrevalua­ción real de 1.4 por ciento. Casi nada.

Para junio de 2014, la paridad de equilibrio era de 13.68 y la paridad efectiva fue de 13.03. La sobrevalua­ción real era de casi

5 por ciento antes de Ayotzinapa, la ‘Casa Blanca’ y la caída de precios del petróleo.

Y luego, ya tenemos la historia conocida. Al cierre de marzo pasado, la paridad real fue de 18.72 pesos, pero la de equilibrio es de 14.90. Esto significa que, con todo y lo que el peso ha ganado en las últimas semanas, en una perspectiv­a de largo plazo, todavía está subvaluado en 25 por ciento, quizás

la mayor subvaluaci­ón en años. Seguiremos con el tema.

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