Para derrotar al Moreirismo
En nueve días, el domingo 4 de junio, tres estados tendrán elecciones de gobernador: Coahuila, México y Nayarit, y Veracruz para renovar sus ayuntamientos.
En estas elecciones del 4 de junio el índice de participación andará, en el mejor de los casos, apenas por encima del 50%. ¿Dónde quedaron los setentas, ochentas y más por ciento de antaño?
Como bien se sabe, tal paradoja no encierra misterio alguno. Simplemente aquellas cifras no eran reales sino resultado de procesos electorales que eran la mar de sucios, con árbitros parcialísimos y un competidor gandalla. Era todo.
Sin embargo, las cosas no necesariamente han cambiado del todo. Hoy se recurre a modalidades más sutiles, pero igualmente eficaces, para ganar con malas artes una elección. Y para el caso poco importa que las estadísticas registren muy bajos índices de participación ciudadana en los comicios.
A nadie parece preocuparle la igualmente baja legitimidad que esas cifras implican respecto al acceso a los cargos públicos.
Sobre tales malas artes, en los próximos días seremos testigos, entre otras, de las siguientes, que por lo demás no serán nada nuevo: de la divulgación, hasta la fecha límite en que la ley lo permite y aun después, de encuestas a modo o de plano falsas, con el propósito de engañar y manipular a los votantes.
Este 4 de junio tendrán elecciones para gobernador dos de las cuatro entidades del país que hasta ahora no han tenido alternancia: Coahuila y el Estado de México. En Coahuila, por un sinnúmero de razones que bien conoce la opinión pública nacional (robo público escandaloso, arbitrariedad y autoritarismo de campeonato; en fin, el gobierno concebido como mero bandidaje organizado), la oposición –y en concreto el panismo– tiene sin duda vocación de triunfo.
Sin embargo se advierte un riesgo: participan por la gubernatura de Coahuila dos candidatos, el independiente Javier Guerrero, y otro el de Morena, Armando Guadiana, que pueden obtener buen caudal de sufragios, en conjunto entre una quinta y quizá una cuarta parte del total de la votación. Este porcentaje es inédito en Coahuila para alguna oposición diferente a Acción Nacional, lo cual bien puede poner en peligro la alternancia. Algo y con urgencia debe hacerse al respecto si en verdad se pretende derrotar al moreirismo.