OTROS ÁNGULOS
ALEJANDRO MORENO
En estos últimos días de campañas esperamos la publicación de encuestas finales de distintos medios y empresas. Con ellas, es inevitable pensar en cuántos indecisos quedan y cómo pueden mover la elección, cuántos entrevistados ocultan su voto, y cuáles entrevistados si votarán y cuáles no.
La profesión de encuestas no ha sido muy eficiente en reportar estos tres fenómenos de comportamiento que, sin duda, inciden tanto en la precisión como en el valor informativo de las encuestas. La tarea de identificar indecisos, votos ocultos y abstencionistas es un reto mayor.
Para propósitos de ilustración y análisis, en esta ocasión me di a la tarea de examinar algunos reactivos de las encuestas preelectorales del Estado de México y Coahuila que hemos hecho en El Financiero, y cuyos resultados fueron publicados el miércoles y jueves de esta semana, respectivamente. El objetivo es darnos una idea del tamaño que representa cada uno de esos grupos y de las posibles implicaciones que tienen para las estimaciones de voto.
Comencemos con los indecisos. Desde tiempo atrás, los indecisos se han confundido con quienes no responden la pregunta electoral, o más bien con quienes responden “no sabe” o “no contestó” a la pregunta: “Si hoy fueran las elecciones, ¿por quién votaría usted?” A mi parecer esa es una noción errónea acerca de quiénes son los indecisos. En las encuestas de El Financiero hemos utilizado la pregunta “¿Usted ya decidió definitivamente por quién votar para gobernador, tiene idea pero podría cambiar o aún no decide su voto?” Consideramos como indecisos a quienes responden “aún no he decidido”. En el Estado de México, el 23 por ciento dijo estar indeciso y en Coahuila el 24 por ciento, proporciones muy similares. Regreso a los indecisos en un momento.
Pasemos al voto oculto. Ahí ha
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