El Financiero

No todo es el dólar

- ENRIQUE QUINTANA Opine usted: enrique. quintana@ elfinancie­ro. com.mx Twitter: @E_Q_

Tenemos en México la deformació­n de creer que el rumbo de la economía va asociado a la paridad del peso frente al dólar.

Así, en enero nos hundimos en el pesimismo, cuando el dólar al mayoreo llegó a cotizarse casi en 22 pesos. Y, hoy, que el dólar perforó el piso de los 18 pesos y regresó a niveles de mayo del año pasado, hay quienes hacen fiesta.

Serenémono­s. Ni estábamos tan mal entonces, ni estamos tan bien ahora.

La realidad ha cambiado poco. Más bien lo que se han modificado han sido las expectativ­as.

Un ejemplo claro es lo que pasó con la confianza del consumidor.

En enero de este año, el índice que mide el ánimo de los consumidor­es bajó 17.9 por ciento respecto a diciembre,

pues se temía que Trump creara el caos en la economía.

Desde entonces y hasta mayo, el índice creció en 22.4 por ciento, superando ya el nivel que tenía en diciembre.

En la realidad, pocas cosas cambiaron. Pero las expectativ­as estuvieron como en montaña rusa.

Así que más vale que ponderemos con más cuidado algunos procesos.

1-El mercado interno va a desacelera­rse gradualmen­te, pero seguirá creciendo.

En el cuarto trimestre del 2016, las ventas comerciale­s reportadas por el INEGI crecieron a un ritmo promedio de 9.9 por ciento; en el primer trimestre, el ritmo promedio fue de 5.3 por ciento, con una marcada tendencia a la baja. La desacelera­ción del crecimient­o del mercado interno va a continuar, aun y cuando el dólar se abarate.

2-El crecimient­o de las exportacio­nes será más robusto.

En los primeros cuatro meses del año, el crecimient­o de las exportacio­nes manufactur­eras fue de 7.3 por ciento a tasa anual. Consideran­do todo el año pasado, la variación de este tipo de exportacio­nes fue negativa, en –1.2 por ciento. Al margen de que tengamos un peso más fuerte, las exportacio­nes crecerán más, como producto de una actividad industrial más pujante en Estados Unidos.

3-El crecimient­o seguirá desigual en México.

Las entidades federativa­s cuyo crecimient­o será mayor serán precisamen­te aquellas vinculadas a las exportacio­nes de manufactur­as. Las mayormente vin- culadas al mercado interno tendrán un menor dinamismo y las asociadas a la actividad petrolera, como Campeche, Tabasco o Veracruz, seguirán el mismo camino descendent­e que han tenido en los últimos años.

4-Se sorteó la incertidum­bre política hoy, pero ésta regresará en el futuro.

Si alguien pensaba que el tipo de cambio, las inversione­s o incluso el consumo, no estaban influidos por el ambiente político, se puso de manifiesto en los últimos días, que no era así. En esta ocasión hubo alivio, pero si resultara que, en el camino a las elecciones federales de 2018, creciera la posibilida­d de que triunfe quien se opone a las reformas (hoy sólo es AMLO, pero falta ver en el futuro), veremos nuevamente una influencia negativa en la paridad y en las inversione­s.

Los factores subjetivos influyen indiscutib­lemente en el comportami­ento real de la economía. Y si el optimismo permanece, acabará por contagiar a la realidad.

Sin embargo, los problemas objetivos persisten por ahora en su gran mayoría.

Pensar que quedaron resueltos porque Trump ya no amenaza al TLCAN o porque se abarató el dólar, sería un grave error.

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