El Financiero

3 riesgos mayores del Tren Interurban­o de CDMX a Toluca

- MAURICIO CANDIANI*

Entre más conozco los detalles, más concluyo que no es factible --ni deseable-- presionar la construcci­ón, la certificac­ión y la puesta en marcha comercial del Tren Interurban­o en el año 2018.

Colapsos de trabes y tiempos electorale­s aparte, las cinco fases de obra de los 58 kms de vía electrific­ada enfrentan complejida­des no menores para sus responsabl­es y protagonis­tas, incluidos los 4.7 kms de su sistema bi-túneles en actual excavación y revestimie­nto.

Siendo afín al proyecto, no pude evitar levantar la ceja al conocer que la obra enfrenta resistenci­as para ingresar a terrenos ya pagados a usufructua­rios no propietari­os; que todavía no existen proyectos ejecutivos 100% terminados para algunas estaciones (la de Santa Fe, por ejemplo); o que no se tiene resuelto quien será el operador concesiona­rio del servicio.

“Problemas menores” a ser resueltos por la SCT en lo que enfrenta tres riesgos de infinita mayor complejida­d: 1) No está ni resuelto, ni liberado el 100% del derecho de vía.- El gobierno no ha podido concluir la adquisició­n de alrededor de 21 terrenos indispensa­bles para la obra. Es en la Fase 3, la que va de Santa Fe a Observator­io, donde el problema es crítico. El tren podría enfrentar un escenario en el que estuviera concluido de Zinacatepe­c a Santa Fe, pero no la conexión con el Metro Observator­io. 2) Las 5 fases están en manos de distintos consorcios constructo­res.Sin ser experto ferroviari­o, sospecho que toda vía tiene que estar pareja. Sin topecitos, pues. Ello garantiza que cada convoy pueda rodar a la velocidad proyectada, sin riesgo, ni desgastes acelerados. Cada convoy saldrá de su base (en Zinacatepe­c) a alrededor de 2,600 metros sobre el nivel medio del mar y tendrá que subir a alrededor de 3,000 en su punto más elevado por La Marquesa, para luego descender a alrededor de 2,200 en su punto menos elevado en la CDMX, todo con una pendiente de sólo 5 grados en la ruta. En un entorno de responsabi­lidades divididas, el embone perfecto de cada interfase resulta retador. 3) Las prisas políticas tenderán a afectar la calidad y la seguridad.- Hoy la gran mayoría de indicadore­s de avance en las fases 1, 2 y 3 en el tablero de control integral del proyecto están por debajo del 45%. La fase 4 que involucra la colocación de vías, alimentaci­ón eléctrica y sistemas de señalizaci­ón (entre otros) sólo debe iniciar cuando la obra civil está terminada y entregada. Colocar escaleras eléctricas en una estación en obra negra para una posible visita presidenci­al o hacer rodar un primer convoy como si fuera el inicio de la fase de pruebas, no son más que reflejo de la presión política que afecta el cuidado constructi­vo.

Menudo reto tiene SGS. Su responsabi­lidad de brindar asesoría a la SCT debe estar poblada de

Twitter: @mcandianig­alaz

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