LA EDITORIAL QUE NUNCA TERMINA DE ASOMBRAR

Leer es un placer. Un banquete que se cultiva en la juventud; sin determinar la edad de ese proceso de vida. Austral ha sido un sello editorial de gran marea en América Latina. Festejada por decenas de grandes escritores, se convirtió en un universo. Borges decía: la biblioteca, que otros llaman universo, eso era y es ahora, gracias a Planeta esa casa de la literatura.

Desde Melville hasta Brontë, pasando por Kakfa y Stocker y al alcance de Baudelaire o Shakespeare, con el diseño por delante, esta colección (nueva de tan clásica) es un gran festejo para los muchachos que vuelven a las aulas en este verano.

Lejos de los libros de texto, los obligados que exigen los maestros, las letras de esta familia de títulos, todos ellos pertenecientes a la Gran Reserva de la narrativa universal, abrirán un sentido nuevo a los eventuales lectores que se avecinen a sus intimidades.

Italo Calvino dedicó gran parte de su labor literaria a explicar el valor de los grandes clásicos. Austral, con el afán de universalizar el mundo americano, empenó su tarea en traducir a los grandes en formatos cómodos y prácticos para facilitar sus lecturas. El capricho ha sido respetado. Toda mochila, todo morral y

toda bolsa puede albergar esta suma de aventuras, desde marineras, amoroso monstruos as, hasta poético-malvadas. La celebración de esta empresa editorial, diseñada para soñar, permite mantener la esperanza de un mundo de lectores.