Liberales de hoy
Mark Lilla acaba de publicar un nuevo la acción política: “En la primera época, libro, titulado The Once and Future quienes estaban activos en política Liberal, que puede traducirse como El socialdemócrata o progresista provenían liberal de alguna vez y del futuro, en de la clase trabajadora o las el que propone una explicación de lo granjas, y se habían formado en talleres que ocurre hoy en Estados Unidos. y clubes políticos. Los activistas
Él mismo resume su tesis: “Sugiero de hoy se forman casi exclusivamente que la historia política de Estados en universidades, y son miembros Unidos durante el último siglo puede de profesiones liberales, como leyes, dividirse en dos periodos… El primero, periodismo y educación.” (p. 61) (Le Rooseveltiano, va del New Deal a recuerdo que progresista es el más la Great Society en los sesenta, y se cercano sinónimo a socialista, en Estados extingue a sí mismo en los años setenta… Unidos). Pero ese tránsito en el El segundo, Reaganiano, empezó liderazgo político fue acompañado de en 1980 y está siendo clausurado por un cambio en la orientación, que se un populista oportunista sin principios. fue haciendo cada vez más “identitaria”. Cada periodo trajo consigo una Ese discurso identitario empezó imagen inspiradora del destino estadounidense en los años sesenta, según lo ve Lilla, y un catequismo distintivo con el enfrentamiento al racismo de las doctrinas que definieron y luego con el impulso del feminismo. los términos del debate público… El El regreso de los activistas a las primero dibujó un Estados Unidos universidades a partir de los setenta, donde los ciudadanos se involucraban provocó la transformación de los en una empresa común para defenderse campus en “comunidades moralmente del riesgo… El segundo, un puras, socialmente progresistas y Estados Unidos más individualista en ambientalmente autosustentables”. el que familias y empresas florecerían Pero, “la generación de los sesenta al liberarse de los grilletes del Estado”. pasó a sus estudiantes una concepción (p. 7) (En realidad, Lilla utiliza particular de lo que es la política, un término proveniente de la teología basada en su propia e idiosincrática protestante, “dispensación”, que acá experiencia. Esa experiencia enseñaba nada más va a confundir. Acépteme dos lecciones. La primera es que la “periodo” como buen sinónimo. Y actividad política debe tener un auténtico todas las citas son paráfrasis, por lo sentido para uno mismo… la mismo). segunda, partiendo de la frustración
Lo que Lilla identifica es un cambio con la inamovilidad de los partidos social muy profundo, que se refleja en e instituciones, era que la política de los movimientos era la única posibilidad de cambiar las cosas”. (p. 81-82)
La dispersión que provoca esta orientación identitaria llega a su clímax con las redes sociales: “En el modelo Facebook del yo, los vínculos que me importan y decido afirmar no son políticos en el sentido democrático. Son simples afinidades elegidas… el modelo de identidad Facebook ha inspirado el modelo Facebook de integración política… Pero el modelo Facebook es todo acerca de mí mismo, no acerca de las historias comunes del bien común, o aún ideas”. (pp. 88-89). Mark Lilla percibe entonces que lo que caracteriza hoy a Estados Unidos es una inmensidad de grupos, que él atribuye a la promoción del libre mercado (en contra de la idea del bien común) desde el conservadurismo Reaganiano, pero también a la explosión identitaria, producto de una izquierda movimientista y romántica, atrincherada en las universidades. Esa dispersión, piensa él, fue potenciada por las redes sociales, dando como resultado un desierto ciudadano, en el que un populista sin principios pudo ser electo. Aunque Lilla no abandona ciertas tradiciones del análisis, que criticamos el lunes, creo que tiene una perspectiva más amplia, y por lo mismo con mayor probabilidad de ser certera. Y también ofrece soluciones, como platicaremos mañana.
Profesor de la Escuela de Gobierno, Tec de Monterrey