La duda que resta: cómo terminar
Si quedaba alguna duda de que Estados Unidos quiere llevar a un callejón sin salida la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica,
ayer ya no quedó ninguna.
La llamada “cláusula de extinción”, de la que se habló hace algunas semanas, ya es una idea presentada formalmente en la mesa.
De acuerdo a ella, tras la firma del Tratado, se dejaría un plazo de cinco años
para que se hiciera una evaluación y se determinara si el Tratado se mantiene vigente o si se extingue.
La propuesta es una “píldora envenenada”, como lo definió el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue.
Obviamente es inaceptable para Canadá y para México, pues crea un horizonte de incertidumbre que impide que se puedan planear y realizar inversiones y acuerdos de comercio que requieren certeza en el largo plazo.
Además, es factible que ya se haya formulado o esté por formularse la propuesta de elevar al 85 por ciento el requisito de contenido regional para los automóviles con un 50 por ciento de contendido específicamente estadounidense.
¿Le seguimos con la lista de propuestas inaceptables?
La duda no es si esta negociación va a poder concluir con un Tratado que pueda ser suscrito por los tres países; la duda que resta nada más es cómo terminar este Acuerdo, pues hay varias maneras de hacerlo.
Una de ellas es decir “hasta aquí”, tras esta lista de planteamientos sin sentido y agarrar nuestras chivas y de plano abandonar la negociación. La otra es armarse de una paciencia franciscana y escuchar tonterías algunas rondas más, pero rechazando lo que sea improcedente.
Mi parecer es que a México le conviene seguir negociando y ganar todo el tiempo posible.
Es decir, creo que lo mejor sería alargar la negociación tanto como se pudiera y en ese lapso hacer dos cosas: detallar todo lo posible el “Plan B” del que hemos hablado en diversas ocasiones, y coordinarse con Canadá para asegurar la vigencia del acuerdo entre los dos países, un tema presente en la visita que realiza Justin Trudeau a México.
También sería útil darle más tiempo a los empresarios, legisladores y políticos estadounidenses que pretenden lanzar una ofensiva política y legal para cuestionar la autoridad de Trump para acabar unilateralmente con un Acuerdo que cuando se aprobó fue ratificado por las dos Cámaras del Congreso.
Era inevitable que los mercados financieros resintieran preocupación, la que ayer se acentuó, pero al mismo tiempo fue positivo el hecho de que la depreciación adicional de nuestra moneda el jueves fuera modesta, de apenas 0.74 por ciento.
En buena medida, el mercado cambiario ya asimiló la noticia del fin del Tratado, aunque no sería imposible que en el momento en el que se formalice haya turbulencia, que pasará al término de algunos días o semanas.
El entorno está cambiando a una gran velocidad y un horizonte sin TLCAN moverá también el ambiente político electoral.
Los partidos que aún no tienen candidato deberán considerar este cuadro, que implica riesgos económicos y financieros para el futuro.
Y personajes que están en camino de estar en la boleta, como es el caso de AMLO por Morena o de Margarita Zavala, como independiente, deberán integrar a su estrategia este dato que apenas hace unas cuantas semanas no existía.