¿Y si resulta que EU sigue en el TLCAN?
Si Donald Trump ya tuviera tomada la decisión de sacar a Estados Unidos del TLCAN ¿por qué no lo ha hecho hasta ahora?
Es una pregunta que uno puede hacerse cuando observa los dichos del presidente de Estados Unidos. Y, hay tres respuestas posibles. La primera es porque en realidad no tiene tomada la decisión de sacar a EU del TLCAN.
Bajo esta hipótesis, sus posiciones inflexibles y sus demandas inaceptables serían simplemente parte de la estrategia de negociación en la que busca obtener lo máximo en la mesa de negociaciones. Pero, eso implicaría que al final estaría dispuesto a mostrar cierta flexibilidad para llegar a un acuerdo.
La segunda es porque quiere acumular suficientes evidencias de que México y Canadá rechazan las propuestas que él ha puesto sobre la mesa. Así que esperaría a la Quinta o incluso a la Sexta Ronda para sumar las negativas de sus dos socios y poder argumentar su salida.
La tercera es que porque quiere dejar vivo el recurso de una posible salida del TLCAN por si se requiriera ofrecer resultados tangibles antes de que pronuncie su primer discurso sobre el ‘estado de la Unión’ el próximo mes de enero de 2018.
Si las hipótesis válidas fueran la primera o la tercera, entonces a partir de la semana pasada, las probabilidades de la permanencia de EU en el Tratado habrían crecido.
Con la aprobación por parte del Senado de un crecimiento del déficit presupuestal de 1.5 billones de dólares (trillions) para los siguientes 10 años, se abrió la posibilidad legal de ejecutar un recorte de impuestos que tenga un costo fiscal.
Y, además, dicho recorte impositivo no tendría que ser aprobado como una ley sino a través de un mecanismo legal que exigiría solamente 50 votos. Como les republicanos tienen 52 y difícilmente habría quien se opusiera a bajar impuestos, entonces, prácticamente tiene su aceptación asegurada.
Si Donald Trump se puede colgar la medalla de haber bajado los impuestos a la clase media norteamericana y a las empresas, ese será el logro más importante de su primer año de gobierno y tendrá menos presión para abandonar el TLCAN.
No quiere decir que su posición vaya necesariamente a ablandarse. Podría querer seguir cosechando ‘logros’.
Pero si ve que el salir del TLCAN va a tener un costo político interno en vista del proceso electoral de noviembre del próximo año en EU, podría simplemente alargar la negociación para que se empalme con los tiempos políticos y dejar que el tema se resuelva hasta 2019.
Estas consideraciones no implican para México dejar de lado la construcción del Plan B. Hay que seguir preparando el escenario extremo incluyendo, como aquí lo he subrayado, una cuidadosa estrategia de comunicación para que en los mercados y entre la opinión pública se pueda dimensionar lo que representaría realmente la salida de EU del TLCAN.
Hay que recordar que en su texto The art of the deal, el propio Trump señala expresamente que una de sus estrategias de negociación es ser imprevisible.
En este caso, tal vez lo que no esperamos es que en algún momento Trump acepte negociar. Como nos sorprendería con esa actitud, nos dará lo menos posible dentro de lo que México y Canadá consideren lo mínimo aceptable. Quizás.
Creo que este proceso aún nos va deparar sorpresas.