Sandy, el fundador de Los Ángeles
Mágico aquel 1963. Sandy ya era Koufax en aquel otoño. El ponche se había convertido en su carta de presentación como uno de los más grandes lanzadores de todos los tiempos. Ganó la Triple Corona, que lo avalaba como el mejor en los departamentos de partidos ganados (25), efectividad (1.88) y ponchados (306). Los héroes, delicados suspiros de los dioses.
Sandy fue el fundador del Dodgers de Los Ángeles. En 1955, cuando el equipo ganó su primera Serie Mundial, todavía en Broolyn, Koufax ya era un presentimiento. Cuatro años después, en 1959, cuando ya jugaba en Los Ágeles, el Dodgers venció 4-2 en el Clásico de Otoño al Medias Blancas de Chicago.
En aquel 63, semanas antes del homicidio de Kennedy en Dallas, Sandy, glamur de una época, ganó el título de Más Valioso en la serie en la que el Dodgers barrió al Yankees de Nueva York, de Whitey Ford, Mickey Mantle y Yogi Berra. En el primer juego de aquel duelo ponchó a 15 rivales.
Todo suspiro se contagia de eternidad.
La artritis venció al invencible en 1966. Sandy tenía sólo 31 años. Ganó tres premios Cy Young al mejor de las Mayores. Cinco años después fue ingresado (el más joven) al Salón de los Inmotales de Cooperstown. Hace 45 años, el Dodgers retiró su número 32 del presente de su alineación, junto con Roy Campanella (39) y Jackie Robinson (42).