Rajoy se dispone a dejar sin recursos al gobierno catalán por insistir en irse
La Moncloa no descarta mando único en la Generalitat, tras su intervención
La administración central dejará de pagar el sueldo a Puigdemont
Además tomaría el control de impuestos y cobro de matrículas en las universidades
Ante la resistencia del gobierno de Cataluña a renunciar a separarse de España, el gobierno de Mariano Rajoy se dispone a asumir el control total de las finanzas de la región autónoma, ya bajo tutela parcial, lo que dejaría sin ningún recurso propio al ejecutivo regional.
Desde el sábado pasado, luego de celebrarse el consejo de ministros, la administración en Madrid anunció que quiere hacerse con el control de los ingresos fiscales percibidos directamente por el gobierno catalán. Dichos ingresos consisten en determinados impuestos como los gravámenes al patrimonio, derechos de sucesión, y gastos de matrícula en universidades públicas, los cuales representan alrededor de un 25 por ciento de los ingresos del ejecutivo dirigido por Carles Puigdemont.
Si el Senado, donde el partido de Rajoy es mayoría, aprueba el próximo viernes las medidas, la dirección general de impuestos de Cataluña deberá someter todas sus decisiones al ministerio de Hacienda y no al actual número dos de la Generalitat, Oriol Junqueras.
De esta manera, el ejecutivo catalán perderá todo margen de manio- bra financiera, dado que Madrid ya puso bajo su control el resto de sus recursos.
Desde mediados de septiembre, el gobierno español decidió frenar el financiamiento a la administración catalana, a fin de evitar que sus dirigentes desviaran dinero público a la organización del referendo separatista del 1 de octubre.
De manera ordinaria, el Estado español recauda la mayor parte de los impuestos, salvo en el País Vasco y Navarra, que tienen autonomía fiscal, y luego reparte el dinero entre las distintas regiones. Éstas, a su vez, pagan las nóminas de los funcionarios, los servicios sociales y educativos, entre otros.
Pero desde el 15 de septiembre, Madrid ya no deposita ese dinero en las cuentas de la Generalitat, sino que paga directamente las facturas de los servicios públicos esenciales de Cataluña, como hospitales, escuelas y a la policía.
El gobierno de Rajoy tomó esta
medida drástica después de que los separatistas se negaran a someterse a un control semanal de sus cuentas, que se les había impuesto desde el mes de julio.
A fines de septiembre incluso hubo dudas sobre el pago de las nóminas de 170 mil funcionarios catalanes, ya que la Generalitat se negó a facilitar a Madrid los datos completos de sus empleados.
Una vez aprobadas las medidas en el Senado, el gobierno central dispondrá de un acceso directo a los datos del personal de la administración catalana.
En paralelo, dejará de abonar las nóminas de los dirigentes separatistas, en particular de Puigdemont y todo su gabinete, como parte de las medidas tomadas al amparo del artículo 155 de la Constitución.
“Dejará de cobrar”, resumió ayer la vicepresidenta del gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, quien dio por terminada la interlocución con la Generalitat y advirtió a Puigdemont que “si la Constitución dice que deja de ser presidente, lo dejará de ser”.
La número dos del gobierno español no descartó, además, que Madrid coloque un mando único al frente de la Generalitat, una vez que se aplique el 155, y se manifestó sorprendida porque “los mismos que se saltaron los mandatos del Tribunal Constitucional quieran acudir ahora a él”.