LEONARDO KOURCHENKO
La victoria electoral del partido Liberal Democrático del primer ministro Shinzo Abe, el pasado domingo, representa tal vez el inicio del cambio político y constitucional más profundo de Japón en los últimos 70 años. Desde la derrota en la Segunda Guerra Mundial, y la firma y aprobación de una nueva Constitución en 1947 que explícitamente establece “la Renuncia a la Guerra”, estamos próximos a nuevas visiones y modificaciones en este terreno.
Visité Japón hace un par de semanas para asistir al aniversario de una importante firma tecnológica que fabrica computadoras. Líder en el mundo, es la primera empresa de producción y venta de Laptops a nivel global (130 millones de dispositivos en 10 años).
Quedé gratamente sorprendido del orden, limpieza, cortesía y amabilidad de los japoneses. Fueron muy pocos días para un contacto más profundo con una cultura tan interesante y repleta de significados. Pero pude percibir el clima político y la grave preocupación que el amenazante vecino en Corea del Norte representa para la paz japonesa de más de medio siglo.
Una de las principales aspiraciones del premier Abe es introducir una modificación constitucional que les permita construir un ejército y tener derecho a fuerzas de defensa. Recordemos que entre las condiciones firmadas al término de la Segunda Guerra Mundial, Japón desmanteló su ejército y permitió desde entonces, el establecimiento de bases militares estadounidenses en su territorio. Hoy en día, a 70 años de esa Constitución y 72 de la derrota, 12 bases militares americanas siguen presentes y operan en territorio japonés.
Shinzo Abe tuvo la astucia e inteligencia política de convocar a elecciones anticipadas, y sorprendió a la oposición, según declaraciones de los propios líderes. El resultado entre el 63 y el 65% de los votos fueron para el partido Liberal Demócrata y sus aliados. Para modificar la Constitución son necesarias 2/3 partes de ambas Cámaras del Congreso.
Es un cambio fundamental en el equilibrio político-militar del pacífico, herencia de la guerra y la rendición incondicional de Japón. Si el gobierno de Abe logra modificar la ley, el mundo tendrá el surgimiento de un nuevo ejército en la tercera economía mundial, un país que fue clave y fundamental para el militarismo en el siglo pasado.
Las amenazas de Corea del Norte y el discurso a veces ligero e inconsecuente del presidente estadounidense, Donald Trump, tienen al gobierno japonés muy nervioso, al grado de convocar a elecciones y apoderarse de la mayoría absoluta en el Congreso, según cálculos preliminares. Aún no contamos con el recuento final, porque un Tifón golpeó Japón el domingo por la noche y lunes, lo que provocó un retraso en el recuento.
Para hoy martes, conoceremos los números definitivos y su muy probable victoria que le permitirá introducir iniciativas históricas como la formación de un ejército.
Dos misiles norcoreanos han sobrevolado ya el archipiélago japonés, estrellándose en mares del Pacífico. No se trata, dicen analistas locales en Tokio, de un sueño paranoico del primer ministro; en verdad estamos en riesgo y no tenemos como defendernos.