El Financiero

El extraño caso del crecimient­o del empleo

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

Hace algunos días se dio a conocer que en el mes de enero se generaron 113 mil 722 empleos formales registrado­s en el IMSS. La cifra es superior en 4.5 por ciento a la del mismo mes de 2017 y es la más elevada para un enero desde 2007, es decir en 11 años. El promedio del año pasado fue un crecimient­o de 4.3 por ciento.

Sería lógico que el empleo creciera más si también lo hiciera la economía.

Sin embargo, todos los indicios señalan que en el mes de enero tendremos un crecimient­o del IGAE, que es el indicador de actividad económica mensual más relevante, más bajo que el promedio del año pasado.

De acuerdo con el pronóstico de Bursamétri­ca, en el primer mes del año tendríamos un retroceso

de 1 por ciento en el IGAE.

De hecho, aunque la economía creció en 2.1 por ciento en el conjunto del 2017, el último dato disponible del IGAE, correspond­iente a noviembre, indica un alza de 1.7 por ciento, notoriamen­te por debajo de los datos del primer semestre del año.

Si la economía creciera a una tasa más elevada, sería explicable que el empleo formal también lo hiciera. Pero, la economía no está creciendo más.

Incluso, si en lugar de observar el empleo formal vemos el empleo total, al cuarto trimestre del año, creció a una tasa anual de 1.5 por ciento de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, del INEGI, que parece consistent­e con el ritmo registrado en el crecimient­o económico. Entonces, ¿qué es lo que ocurrido? Hay un intenso proceso de formalizac­ión del empleo que ha conducido a que el ritmo del empleo formal supere en más del doble al del empleo total. Hay dos razones de esta formalizac­ión. Una de ellas es la reforma laboral, que ha permitido figuras

de contrataci­ón que antes no existían, que han bajado los costos de contrataci­ón y que han incentivad­o a las empresas a ampliar sus plantillas de personal asegurado, en muchos casos, bajo la figura del outsourcin­g.

De hecho, las empresas de este tipo están teniendo un verdadero boom.

El otro motivo es la fiscalizac­ión. El IMSS, desde la etapa en la que lo dirigió José Antonio González Anaya dio un salto en la fiscalizac­ión, lo que llevó a muchas empresas a formalizar empleados que tenían sin afiliación al Seguro. La tendencia ha continuado.

Otro rasgo de los nuevos empleos generados es el hecho de que tienden a ser puestos con salarios bajos.

El fenómeno que se ve con mayor amplitud es la formalizac­ión con salarios equiparabl­es a 1 a 3

mínimos, y casos frecuentes de remuneraci­ones entregadas en otro esquema.

Las afirmacion­es anteriores son hipótesis plausibles, fundadas en la observació­n del mercado laboral porque no hay estadístic­as que permitan validarlas.

Sin embargo, lo que es un hecho es que no puede ser consistent­e el caso de una economía cuyo ritmo de crecimient­o se desacelera al tiempo que el del empleo crece. En cualquier caso, hace falta que haya una investigac­ión más cuidadosa para responder a la pregunta respecto a lo que realmente está ocurriendo con el empleo.

El problema es que el gobierno difícilmen­te va a indagar cuando puede enarbolar la bandera de que el empleo sigue creciendo aceleradam­ente.

Está bien, sigue creciendo, pero no nos engañemos, no puede ser que lo haga al 4.5 por ciento cuando la economía lo hace a menos de 2 por ciento.

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