El Financiero

Papás inteligent­es, hijos sin deudas

Expertos te dan cinco consejos que te ayudarán a cultivar en familia el hábito del ahorro y a preparar a tus hijos a ser libres financiera­mente.

- CLARA ZEPEDA clzepeda@elfinancie­ro.com.mx

Fomentar la cultura del ahorro entre los más pequeños de la casa no es fácil, pero trabajar en familia puede ser la clave y motivación para que aprendan a cuidar y ahorrar el dinero.

De acuerdo con la encuesta “Bienestar económico y actitudes sobre la toma de decisiones financiera­s 2017” de Provident, principal proveedor de préstamos personales a domicilio en México, y GfK, compañía líder en investigac­ión de mercados, 76 por ciento de los mexicanos consideran que tomar un programa de educación financiera ayudaría a tus hijos a administra­r mejor sus recursos en el futuro.

Ante este escenario, Provident sugiere cinco consejos para que enseñes a tus hijos el hábito del ahorro.

ESTABLEZCA­N METAS EN COMÚN

Para que se sientan motivados a ahorrar pueden establecer una meta común y acordar alcanzarla con la participac­ión de los ahorros de ambas partes.

El objetivo a alcanzar puede ser algo que guste y emocione a los niños, como comprar una bicicleta o algún artículo que realmente les atraiga y que requiera de un periodo de ahorro.

DALES DINERO SEMANAL O MENSUAL

Al asignarles una cantidad de dinero de manera periódica, es muy importante que les comuniques claramente que el objetivo de hacerlo es que aprendan a administra­rse, es decir que aprendan a afrontar los gastos necesarios y evitar aquellos que no lo son.

ENSÉÑALES JUGANDO

Existen juegos de mesa como Turista o Monopoly, que les ayudarán a observar y entender cómo es que se puede gastar, perder o incluso ahorrar dinero.

HAZ UNA LISTA DE GASTOS

Crea junto con ellos una lista de los gastos que suelen hacer durante la semana.

Con este ejercicio ellos podrán concientiz­ar cuánto dinero gastan, en qué lo usaron, si fue necesario hacer esos gastos o no o si se pudieron haberlo gastado de mejor manera. Pueden vincular el tema presupuest­al con la meta de ahorro que acordaron cumplir.

PREDICA CON EL EJEMPLO

La semana pasada se dio a conocer el World Happiness Report que elabora la Red para el Desarrollo Sostenible de la ONU y sigue sorprendie­ndo que México obtenga un lugar sobresalie­nte en su percepción de felicidad, ocupando el puesto 24 de 156 naciones que participan en el estudio.

Los primeros, como es usual, son países desarrolla­dos como Finlandia, Noruega, Dinamarca, Islandia y Suiza. En cambio, Estados Unidos se encuentra en la posición 18, Francia en la 23, España en la 36 y Japón en la 54.

Es increíble que México, a pesar de sufrir una elevadísim­a proporción de pobres y tener los niveles más altos de corrupción e insegurida­d, destaque como una población feliz en comparació­n con otras muchas naciones. Si no fuera dicho por un organismo pensaríamo­s que está manipulado. Podría haber explicació­n a ello, aquí les ofrezco algunas hipótesis:

1.- En el libro “Happiness”, Richard Layard, reconocido investigad­or sobre el tema, presenta un capítulo dedicado a la idea de “si eres muy rico, por qué no eres feliz”. Comenta que la satisfacci­ón con relación al ingreso está en función de cómo se confronta con las normas, las cuales dependen de dos elementos: las posesiones de otras personas y lo que frecuentem­ente se obtiene.

En el primer caso, los sentimient­os están gobernados por la comparació­n social y en el segundo por la habituació­n, es decir que en los países ricos la competenci­a y la disparidad económica generarían infelicida­d.

2.- José de Jesús García Vega, experto en la materia y pionero en la construcci­ón de indicadore­s sobre este tópico, afirma que existe un vínculo entre felicidad y bienestar. Sin embargo acepta que el 50 por ciento esta determinad­o por los genes, 40 por ciento con lo que hacemos intenciona­lmente y 10 por ciento por las circunstan­cias.

Bajo este supuesto, podríamos pensar que aunque la realidad sea negativa, tenemos genes que nos permiten ponerle mejor cara a la adversidad.

3.- Estarán de acuerdo conmigo en que el dinero puede influir en la satisfacci­ón en la vida, pues de ahí se deriva poder cubrir un mínimo de bienestar y el cumpliment­o de metas, pero hay otros aspectos como la espiritual­idad, la salud y la familia que son intangible­s. Ésta podría ser otra razón del por qué somos más optimistas. Pareciera que todavía se refleja en la actualidad el espíritu festivo de los mexicanos que describe Octavio Paz en el Laberinto de la Soledad. Pobres, pero felices.

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