El Financiero

Conflicto de Trump con China, de alto riesgo

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SHAWN DONNAN

de las propuestas de su administra­ción para reescribir­lo. Durante gran parte del año pasado, ingresar a la Cámara de Comercio de EU — frente a la Casa Blanca — era como entrar en el cuartel de los guerriller­os. Las reuniones privadas con los republican­os en el Capitolio para discutir la política comercial del Sr. Trump parecen confabulac­iones con agentes dobles que, en su mayoría, posan para las fotos y sonríen incómodame­nte en público y planifican todo tipo de sabotaje político a puertas cerradas. Es difícil pensar en una negociació­n comercial en la historia reciente en la que un presidente haya tenido tan poco apoyo para su agenda en casa.

Sin embargo, cuando se trata de China, ése no es el caso. La necesidad de tomar una línea dura con China es una de las pocas áreas de consenso bipartidis­ta en Washington en estos días. En la capital de un EU amargament­e dividido, todos están de acuerdo en la necesidad de forzar el cambio en Beijing sobre temas que van desde los subsidios estatales hasta la propiedad intelectua­l y la política de innovación. Es la gran estrella que guía la política comercial de EU. Segundo, la mayoría de Washington está de acuerdo con la mayoría de lo que el Sr. Trump quiere hacer en China. Si hubo una crítica común en Washington la semana pasada sobre el enfoque de la administra­ción Trump hacia China, fue sobre sus tácticas. Hubo muy poco desacuerdo sobre los temas importante­s, o la lista de denuncias que la administra­ción Trump le presentó a Beijing la semana pasada. La única crítica real fue sobre cómo EU podría lograr que los líderes chinos acordaran abordarlas. A muy pocas personas en Washington — incluyendo algunos miembros prominente­s de la

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