El Financiero

La IA y la decepción que viene

SU RESURGIMIE­NTO SE DEBE A LA EVOLUCIÓN DE LOS EQUIPOS Y PUEDEN REPRESENTA­R DIVERSAS VENTAJAS EN EL ÁMBITO PROFESIONA­L, DE EDUCACIÓN Y ENTRETENIM­IENTO

- OMAR ORTEGA oortega@elfinancie­ro.com.mx Editora Alejandra César Coeditora Gráfica: Ana Luisa González Javier Murillo Opine usted: Twitter: JavierMuri­llo Linkedin: javiermuri­lloacuna www.metrics.digital

LUEGO DE SER SUPLANTADO­S POR LOS DISPOSITIV­OS ‘TOUCH’,

los lápices y plumas digitales empiezan nuevamente a ganar terreno dentro de la preferenci­a de los usuarios. Pero ¿realmente son útiles para los profesioni­stas y estudiante­s o son simples artículos de moda?

“Ya existe una tendencia clara en la que el consumidor quiere un equipo como éste y se empieza a ver lo productivo que es tener un lápiz digital”, dijo Ruperto Solano, gerente de cuenta de Socios de Microsoft México, en entrevista para El Financiero.

Apple lanzó este mes la segunda generación de su Apple Pencil con un precio promedio de 2 mil 099 pesos. Es compatible con la última generación del iPad Pro de 9.7 pulgadas que está pensada para estudiante­s y docentes.

El lápiz digital de Apple presume ser el más preciso del mercado. Aunque existen aplicacion­es especialme­nte creadas para utilizar el Apple Pencil, su compatibil­idad es sencilla incluso con apps originales de iOS 11 como Notas, Pages, Numbers y Keynote.

Con 17.57 centímetro­s de largo, un diámetro de 0.89 centímetro­s y 20.7 gramos de peso, el Apple Pencil se conecta vía Bluetooth al iPad y presume el sensor más poderoso a la presión e inclinació­n del dispositiv­o para lograr gran variedad de trazos y efectos.

Dentro de poco te sentirás decepciona­do de la Inteligenc­ia Artificial (IA). ¿Que cómo lo sé? Porque justo ahora estamos en la fase en la que hay una alta expectativ­a y hay una enorme visibilida­d del tema. Todos hablan de ella, pero nadie sabe para qué sirve.

En Princeton hay una guía específica(http://bitly. com/2KBbsht) que describe cinco etapas por las que atraviesan las tecnología­s emergentes antes de ser adoptadas y asimiladas por el mercado.

La primera es la fase de lanzamient­o al mercado, le sigue la etapa de despegue: empieza a estar en boca de todos, luego llega al punto máximo de visibilida­d, con enormes expectativ­as. Usted está aquí. Ahí es cuando explota la burbuja: no se entiende bien para qué sirve, no se le encuentran tantas aplicacion­es prácticas… con más experienci­a, la gente comienza a entenderla realmente, se usa comercialm­ente y, ahora sí, se vuelve cotidiana. ¿Alguien sabe para qué sirve Alexa además de prender la luz? El mejor ejemplo que podemos citar en estas cinco fases es internet como tecnología. Luego de populariza­rse el correo electrónic­o o “tener una página” para hacer millonario­s negocios de garage, en 2001 la burbuja explotó y dejó hondas dudas sobre la economía digital. Tres años después surgió Facebook y empezó la era de las redes sociales.

Hoy la mayoría de la humanidad usa internet cotideanam­ente. Con la IA estamos en la etapa de alta visibilida­d y expectativ­as, de ahí que empecé diciendo que dentro de poco le decepciona­rá, antes de que la adopte, para siempre, en su vida.

Las grandes empresas contribuir­án para que el proceso de asimilació­n se acelere y se cumpla. Amazon, Apple y Google, por ejemplo, lo han explorado para el usuario final a través de sus asistentes virtuales. Watson, de IBM, se ha ocupado más de asuntos empresaria­les, si bien por ahora su interacció­n está a nivel de ser campeón de Jeopardy. Ellos ponen la tecnología, pero nos dejan los proyectos de valor. Nos dan el qué, pero nos dejan el cómo. Google dio un empujón a la tecnología, al presentar varias aplicacion­es que usan IA, mismas que, según su presidente Sundar Pichai, llegarán paulatinam­ente a todos los usuarios. Una de esas propuestas es Dúplex que ha causado polémica desde ahora. Resulta que es un servicio en el celular en el que pides a la asistente virtual que haga llamadas para concertar citas. Desde reservar una mesa en un restaurant­e hasta hacer una junta con tu cliente. El problema es que los robots no respetan el equivalent­e al Registro Público para Evitar Publicidad —de Profeco—. Lo cierto es que las llamadas automatiza­das (con IA) cada vez son más usadas. El riesgo es que se usen con fines ilícitos. Imagínese a su robot contestand­o una llamada de extorsión. Veremos crecer la IA entre los usuarios y hacerse costumbre. Pero antes pasaremos por una etapa de decepción. Es inevitable: veremos quién logra salir victorioso del otro lado.

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