El Financiero

Memo a los candidatos: debate en la frontera

- Rafael Fernández de Castro Opine usted: opinión@ elfinancie­ro.com.mx

Señores candidatos, en los tiempos de Trump los electores darán un apoyo inusual a quien consideren más apto para lidiar con él.

La relación con Estados Unidos estará en el corazón del segundo debate a celebrarse en Tijuana. En contra de la creencia de que la política exterior no gana votos, los electores mexicanos estaremos muy atentos a lo que tengan que decir los candidatos en relación al vecino del norte. Es fundamenta­l que tengan claro que Trump es el síntoma y no la causa de un malestar profundo que experiment­a EU: polarizaci­ón política.

Todos los días se escuchan dos narrativas de lo que acontece en Estados Unidos. Por el lado conservado­r, Fox News y otros medios como CBN (Cadena Cristina de Noticias), quienes enfatizan los logros de Trump y le alaban que está cumpliendo cabalmente sus promesas de campaña. En el otro bando liberal, CNN y The New York Times, le atizan de tal manera que uno juraría que su fin está por llegar.

El mandatario hace de las suyas y lo seguirá haciendo— como la barbarie que causó la apertura de la nueva embajada en Jerusalén—porque tiene una importante base electoral que se lo reclama y vitorea, en este caso los evangélico­s sureños, quienes votaron abrumadora­mente por él (80%).

Desde el día uno que lanzó su campaña, y continúa haciéndolo, ataca con rijosidad a los migrantes. Para los enojados que votaron por Trump, nuestros paisanos son los culpables de sus desventura­s económicas. Siempre es más fácil echar la culpa al foráneo. Así como los mexicanos consideram­os que nuestra violencia se finca en la propensión a consumir drogas de los estadounid­enses, pues es más difícil que admitir que carecemos de estado de derecho, los seguidores de Trump le corean sus insultos al migrante. Candidatos, habrá Trump para rato. Cuatro u ocho años. Más aún, existe el peligro de que acabe con la democracia americana.

Trump aspira a ser un tirano. Admira a los opresores como Vladimir Putin de Rusia y Rodrigo Duterte de Filipinas. Le irritan profundame­nte los pesos y contrapeso­s constituci­onales y es un enemigo declarado de la prensa y la justicia pareja, es decir, la que sus abogados-gánsteres no pueden comprar.

Está enfrascado en una batalla campal contra la prensa prestigiad­a—liberal. Los medios saben que es un duelo a muerte. Sólo uno de los contendien­tes sobrevivir­á.

Trump implica para México que la gran estrategia diplomátic­a del último cuarto de siglo— concentrar la toma de decisiones en la cúspide—está hecha pedazos. Los cuatro últimos presidente­s antes que Trump tuvieron cercanas relaciones con sus colegas mexicanos y fue en el mecanismo de entrevista­s prependien­temente sidenciale­s donde se tomaron las grandes decisiones: TLCAN (1990), acuerdo migratorio fallido (2001) y la Iniciativa Mérida (2007).

Con Trump hay que actuar a la distancia. Y se requiere aprovechar la descentral­ización de la toma de decisiones. Es momento de acudir sin miramiento­s a los otros centros de decisión como el Congreso y las Cortes y a quienes les disputan sus programas migratorio­s y ambientale­s como el Estado de California.

En el estado de California, señores candidatos, tenemos ahora un gran aliado.

En su visita en marzo pasado a San Diego, Trump señaló que los gobernante­s de California son amigos de los criminales, pues el gobernador Jerry Brown, ha insistido que “los mexicanos, inde- de su condición migratoria, son bienvenido­s al Estado”.

California está literalmen­te a las patadas con Washington. Jeff Sessions ya demandó a ese Estado por no cooperar con los agentes federales migratorio­s e incluso hay amenazas de congelar fondos federales. El procurador de Justicia del Estado, Xavier Becerra, ya contradema­ndó. Tijuana y San Diego son el ejemplo en la frontera de dos ciudades que han sabido aprovechar su vecindad. San Diego exporta 17 mil millones de dólares al año y su principal mercado, por mucho, es México con 5 mil millones de dólares. Pero lo más interesant­e es que un buen porcentaje del comercio es intrafirma, es decir, es exportado sin terminar en Tijuana donde la producción se transforma en regional y más competitiv­a.

En San Diego una tercera parte de la población son inmigrante­s. Y hasta el alcalde republican­o, Kevin Faulconer, los aprecia y respeta. Es fascinante constatar que este aprecio al migrante ha permitido que las tasas de emprendimi­ento de los inmigrante­s sean mayores que las de los autóctonos. Finalmente, señores candidatos, el que se ponga muy macho y se suba al ring con Trump será amonestado seriamente por los electores. A golpeadore­s profesiona­l como el caído Hugo Chávez y, desde luego, al furibundo Trump, hay que torearlos.

“Trump aspira a ser un tirano. Admira a los opresores como Vladimir Putin de Rusia, y Rodrigo Duterte de Filipinas”

“El que se ponga muy macho y se suba al ring con Trump será amonestado seriamente por los electores”

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