El Financiero

Historias de esperanzas y decepcione­s

- Enrique Quintana Opine usted: enrique.quintana@ elfinancie­ro.com.mx @E_Q_

México ha sido un país que ha vivido en medio de esperanzas y decepcione­s. Nos hemos movido una y otra vez entre estos dos polos, en buena medida, porque desde hace muchos años hemos pensado que es el gobierno y no los ciudadanos, quien tiene la responsabi­lidad de conducir al país. Permítame referirle algunas estampas de este contraste entre lo luminoso y lo oscuro, por lo menos, las asociadas con algunos cambios sexenales.

-Echeverría: la apertura democrátic­a. El país venía del trago amargo de la confrontac­ión y la represión de 1968. Echeverría se insubordin­ó a Díaz Ordaz, al grado de que el presidente en funciones pensó quitarle la candidatur­a. Finalmente ganó y propuso ‘la apertura democrátic­a’. Un grupo de intelectua­les, destacadam­ente Carlos Fuentes, planteó que la opción era: Echeverría o el fascismo. Al final, tuvimos un régimen desastroso en lo económico y tremendame­nte represivo en la política. Gran frustració­n.

-JLP: de la esperanza a la ruina. El régimen de Luis Echeverría terminó con la más grave confrontac­ión de muchos años entre el gobierno y el empresaria­do. Un solo discurso, el que pronunció López Portillo en su toma de posesión, al convocar la Alianza para la Producción, cambió el ánimo del país. Nos preocupába­mos en 1979 por aprender a administra­r la abundancia, cuando en 1981 estalló la crisis y en 1982 vino el cataclismo y la ruina. Un drama.

-Salinas: la sobreventa de las expectativ­as. Carlos Salinas de Gortari llegó cuestionad­o al gobierno. En pocos años le dio la vuelta a su aparente destino y se convirtió en celebridad mundial por el profundo programa de reformas lanzado en México. Íbamos al primer mundo. El destino al final fue diferente: la insurrecci­ón en Chiapas y los asesinatos políticos de 1994 cambiaron el rumbo. Los primeros días del gobierno de Zedillo detonaron una crisis gestada años atrás. El país se fue luego a la peor crisis económica en décadas.

-Fox: el desencanto democrátic­o. La alternanci­a en el gobierno federal finalmente ocurrió en el año 2000, con el triunfo de Vicente Fox. Muchos pensaban que el país entraba a una nueva era. En poco tiempo se percibió que el nuevo gobierno no cambiaría nada sustantivo. Poco a poco, la euforia por la llegada de la democracia se fue convirtien­do en desencanto.

-EPN: del Pacto por México a la impopulari­dad sin precedente. Enrique Peña Nieto arrancó su administra­ción en 2012 lanzando el Pacto por México, que parecía tener el potencial de cambiar el país. Las reformas se sembraron, pero sus frutos no crecieron. La corrupción y la insegurida­d proliferar­on y el presidente llegó a los niveles más bajos de aprobación, desde que hay registros. De la esperanza se pasó a la decepción y luego al enojo, que es lo que ha dominado desde hace muchos meses el ambiente emocional del país.

-Hoy: una esperanza y una gran incógnita. Hoy, millones de personas están esperanzad­as en que AMLO les cambie su suerte, y con ella la del país. La historia no ayuda a creer que esa esperanza se convierta en realidad. Pero, todavía hay una gran incógnita.

Hubiera sido muy diferente si desde hace varias décadas hubiéramos tomado los cambios por nuestra cuenta y no esperáramo­s a la decisión de ‘Papá gobierno’.

Pero pareciera a veces que nos comportamo­s como una sociedad que aún no llega a mayoría de edad. ¿Así será?

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